5 de diciembre de 2025
El año lectivo empezó el 24 de febrero, sin que hasta hoy los kits escolares hayan sido entregados a cada uno de los 1.407.863 alumnos de los niveles básico y medio de los centros educativos públicos y privados subvencionados, pese a que el ministro de Educación y Ciencias, Luis Fernando Ramírez, había dicho que todos lo recibirían a más tardar el 4 de marzo, “Día Nacional del Kit”; nada dijo de los kits de aulas, paquetes de 18 útiles que deben quedar en cada una de las 77.397 salas de clases: una iniciativa lanzada con bombos y platillos por el actual Gobierno para “aliviar el peso de las mochilas de los chicos”. La educación pública se ha vuelto una importante fuente de corruptelas diversas, entre las que en los últimos tiempos se han destacado el programa “Hambre Cero”, gestionado por el Ministerio de Desarrollo Social, y los pupitres proveídos por Itaipú Binacional; es ruin que la enseñanza de niños y jóvenes sirva de coartada para llenarse los bolsillos, pero también que se la use para generar falsas expectativas, como lo ha hecho el Ministerio competente con relación a los kits. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de respetar a los alumnos y a sus padres, algo menos habitual en dicho órgano de Gobierno que incurrir en la vulgar politiquería.

