Agua y seguridad alimentaria

El agua es un recurso vital y esencial para la vida; para asegurar el correcto funcionamiento del organismo del ser humano, de los animales, así como el buen crecimiento y desarrollo de las plantas.

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Los procesos vitales de todo organismo vivo requieren de una suficiente cantidad agua para poder cumplir con ellos en forma normal.  Además, el equilibrio de los ecosistemas, de la biodiversidad, y la conservación de los recursos naturales dependen de este vital líquido. No obstante, la disponibilidad en cantidad y calidad del agua en el planeta se encuentra seriamente amenazada.

El 22 de marzo de cada año, se  recuerda el Día Mundial del Agua; este año, con el lema: "Agua y Seguridad Alimentaria".

El agua cumple  un papel clave en la seguridad alimentaria de la población del mundo, siendo un derecho para el hombre, el acceso al agua y a la alimentación suficiente y de calidad, que garantice su bienestar personal.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO): "La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico, social y económico a alimento suficiente, seguro y nutritivo, para cubrir las necesidades dietéticas y las preferencias alimenticias para una vida activa y saludable". Y aquí se tiene que aclarar que la mayoría de los alimentos contienen proporciones variables de agua. De ahí la importancia de una alimentación equilibrada, aparte del consumo de agua potable y de calidad, propiamente dicho.
 
AGUA COMO RECURSO ECONÓMICO
Sin embargo, la creciente contaminación relacionada con la urbanización; la falta de un buen tratamiento de los desechos familiares e industriales; las precarias infraestructuras de saneamiento; la expansión agropecuaria que gana tierras a expensas de cauces hídricos naturales, de humedales y de masas boscosas; y el uso irracional del líquido han cambiando la concepción original de abundancia que se tenía de este recurso natural.

El agua ya  no es un bien inagotable, pues escasea en numerosas regiones del mundo y, ante esta amenaza, aparece como un recurso de carácter económico que, como tal, debe cuidarse y ahorrarse.  Un ejemplo reciente es el  temor a la contaminación en la provincia meridional china de Guangxi, que ha originado la compra masiva de agua embotellada, después de que una empresa minera vertiera cadmio tóxico a un río, superando tres veces el límite permitido por el Gobierno.
 
LA "GUERRA" POR EL AGUA
En un artículo publicado en ABC Color por el corresponsal Gualberto Caballero Achucarro, se analiza cómo el Foro Global de Sostenibilidad, realizado recientemente  en Madrid, España, plantea de nuevo el gran debate sobre si el agua es un bien público de acceso libre y universal o será en un futuro no muy lejano, un bien comercial, igual que el petróleo y el gas. Esta disyuntiva llevará a la "guerra por el agua", según Enrique Cabrera, experto en agua de la Universidad Politécnica de Valencia (España), donde un sector potencial buscará que sea declarada de libre comercio internacional, mientras otros sectores se aferrarán a la postura de que el recurso vital sea de acceso libre, gratuito y universal.
 
DESAFÍOS
La disponibilidad futura de agua es uno de los retos que enfrenta la humanidad y que se relaciona con la necesidad de aumentar la producción de alimentos para proporcionar seguridad alimentaria a la creciente población del planeta, en un ambiente afectado por el cambio climático, la desertificación y sequía, la contaminación del medio, de los recursos naturales, agravada por la deforestación en aumento.
 
ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
Las alternativas para paliar o atenuar este difícil y negativo escenario parten, en primer término, de una buena educación y sensibilización de la población hacia el uso responsable y sostenible del agua. En particular, las acciones educativas deben llegar a los pequeños y medianos productores agropecuarios. La actividad agropecuaria debe tornarse cada vez más eficiente y productiva, lo que implica un uso con enfoque conservacionista del suelo, el riego racional; el cuidado de los árboles, el empleo de semillas tolerantes a sequía, plagas y enfermedades; el uso de abonos y agrodefensivos no contaminantes y de prácticas culturales que ayuden a elevar la productividad por unidad de superficie.
 
CONCLUSIÓN
El agua, como líquido indispensable para una vida saludable en el planeta, contribuye a la seguridad alimentaria. Y esto es lo que todos debemos tener en claro. Es necesario que la sociedad tome plena conciencia del valor de este recurso y de que ya no es aquel
que sobraba y que se podía malgastar. La realidad actual exige la adopción de medidas responsables que apunten al uso eficiente del agua para consumo humano; para la producción agropecuaria y forestal, en suficiente calidad y cantidad para asegurar su
disponibilidad ahora y en el futuro.
 
(*) Especialista en Comunicación Rural
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