Claves para entender al tripolifosfato, el enemigo invisible

El tripolifosfato de sodio es una sustancia química que sirve para hacer más efectivos los productos de limpieza.

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Sin embargo, tiene un efecto más que dañino sobre el medio ambiente al ser un elemento que facilita la propagación de algas y plantas acuáticas, degradando la calidad del agua en ríos y arroyos. El caso del tripolifosfato sienta uno de los primeros precedentes en el cuidado de las aguas paraguayas para de esa forma preservar los recursos naturales del país.

¿CÓMO ACTÚA?

Básicamente, el químico se encuentra en los jabones, detergentes y productos de higiene que se utilizan día a día en los hogares para mantener húmedo el producto y para potenciar su acción de limpieza. Facilita la remoción de la suciedad en casi todo tipo de superficies, pero al mezclarse con el agua y terminar en las plantas procesadoras se dificulta el proceso de filtrado y el fosfato se incorpora al río, facilitando el crecimiento de las algas y otras plantas acuáticas, contaminando los ríos y arroyos.

El pasado 14 de abril, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley "Que prohíbe el uso de Tripolisfosfato de Sodio en Productos Domisanitarios Nacionales y/o Extranjeros en todo el Territorio Nacional", presentado por los entonces diputados de Unace y ahora colorados Oscar Tuma y Víctor Yambay. El jueves 28 de julio, el proyecto tuvo sanción ficta en el Congreso al no haber quórum para tratarse el tema. La decisión está ahora en manos del Ejecutivo.

"No dudo que el Ejecutivo va a promulgar esta ley, está basada en un decreto mismo del Ejecutivo", comenta el diputado Tuma poco después de conocerse la sanción ficta.

UNA CUESTIÓN DE NEGOCIOS

El principal conflicto reside en la oposición de importadores hacia el proyecto de ley.

En un comunicado dado a conocer el pasado 4 de julio en la edición impresa de este medio, se publicó que la Cámara Paraguaya de Empresas de Productos Domisanitarios, Higiene personal y Afines (Caedhpa) considera que el proyecto de ley que prohíbe el uso del tripolifosfato es extemporánea, dado que supuestamente más del 99% de los productos domisanitarios importados ya no contienen tripolifosfato y que la gran mayoría "nunca lo tuvo". El mismo organismo asegura que la promulgación de esta ley facilitará el contrabando de productos de limpieza desde el exterior.

Sin embargo, la Unión Industrial Paraguaya (UIP) pidió el pasado 26 de julio que el Senado apruebe sin modificaciones el proyecto de ley.

 "Creemos que el interés común está por encima del particular, y creemos que esta ley va a corregir un problema por el cual nuestro país se convierte en el basurero del mundo, en donde se puede importar cualquier tipo de productos, inclusive aquellos que dañan el medio ambiente, para que algunos ‘señores empresarios’ hagan sus negocios", dijo Gustavo Volpe, titular del ente.

UNILEVER EN LA MIRA

El diputado Óscar Tuma (ANR), principal impulsor de la medida, aseguró en un posteo en su blog que los productos de la multinacional Unilever no tienen tripolifosfato en Europa ni en Brasil, pero sí en Paraguay.

"Los productos lanzados por la Unilever N.V. en Países Bajos y Europa no contienen tripolifosfato de sodio, y aceptan que generan daños al medio ambiente y a la calidad de vida de los seres humano. Sin embargo, en Paraguay la Unilever Paraguay recurrió a la Corte Suprema de Justicia, negando que el tripolifosfato de sodio dañe el medio ambiente, lo cual es sorprendente, mas aún teniendo en cuenta que en el Brasil la Unilever anunció la alteración de su composición de jabones en polvo, retirando el tripolifosfato de sodio, inclusive poniendo en su embalaje el sello "por um planeta mais limpo". Pero los productos que son utilizados por esta multinacional en el Paraguay sí contienen tripolifosfato de sodio", dice el legislador.

De acuerdo a un informe, el tripolifosfato puede provocar irritación en las vías respiratorias y la garganta, por lo que el contacto con el polvo químico en la mayoría de las ocasiones puede producir ardor en los ojos, en la piel o en el tracto respiratorio.

La Corte Suprema de Justicia declaró anticonstitucional la medida de prohibir el tripolifosfato, ya que debe ser una ley y no un decreto el sustento legal que prohíba la sustancia química. Con la eventual promulgación de la ley, la Unilever estará OBLIGADA a sacar el tripolifostafato de sus productos en nuestro país.

LA SEAM, SIN RESPUESTAS

En marzo, el Congreso había solicitado un informe a la Secretaría del Ambiente (Seam) sobre la aplicación de los controles a los productos con tripolifosfato en el país, ya que es ese organismo junto al Ministerio de Salud Pública (MSP) quienes deben encargarse de cumplir el Decreto Nº 3216, del 21 de octubre de 2009, "por el cual se prohíbe el uso de tripolifosfato de sodio en detersivos en todo el territorio nacional, y se instruye al Ministerio de Salud Pública y a la Secretaría del Ambiente para ejercer los controles respectivos".

"La Secretaría del Ambiente (Seam) no cuenta con instrumentos de medición y análisis que determinen la presencia de tripolifosfato en productos que existen en el mercado", respondió la entidad al Congreso.

Sin embargo, la Seam –que reconoce el poder tóxico de la sustancia química– se justificó diciendo que "da cumplimiento a lo que es su competencia y aplicación, que consiste en registro de importadores y exportadores de sustancias químicas que no contengan tripolifosfato, control de ficha técnica de productos a ser importados, presentación de certificado de inscripción en el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social", cayendo en una total contradicción. 

"UNA VICTORIA DE LA CIUDADANÍA"

Ante la pregunta de si existía otro antecedente en relación a la preservación del medio ambiente, Tuma afirmó que existen otros proyectos, pero no uno con la competencia que se tenía (la disputa con multinacionales).

"Es una victoria de la ciudadanía en sí. Se estaba dando una incoherencia con ciertas multinacionales. ¿Será que nos consideran ciudadanos de cuarta?", afirmó el legislador.

Por otro lado, se destaca que los productores nacionales debieron ajustarse al decreto del 2009 y sacar el fosfato de sus productos, no así los productos importados. Es así como –por ejemplo– la empresa nacional Iris destruyó más de una tonelada de lavavajillas para ajustarse a las normas y no así los detergentes importados.

LA RECUPERACIÓN

Luego del aspecto legal, queda la misión de la recuperación de lo físico. El más claro ejemplo es el del Lago Ypacaraí, un lago muerto, contaminado y lleno de algas que busca recuperar su esplendor. Un estudio realizado por técnicos de la Agencia de Cooperación Técnica del Japón (JICA, por sus siglas en inglés), dado a conocer en el 2006, uno de las causantes de la eutrofización del lago (crecimiento de algas tóxicas) es el fósforo. La recuperación costará unos US$ 140.000.000.

UNA BASE PARA EL FUTURO

El caso del tripolifosfato sienta una de las bases más importantes para la preservación de uno de los recursos más valiosos a futuro en nuestro país y en el mundo: el agua. El mundo se está preparando para el inevitable impacto del abuso de la depredación humana. Paraguay va ganando la batalla contra las corporaciones y el negocio indiscriminado de cuidar solo el verde de los dólares. Esto, sin dudas, es solo el comienzo.
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