Pero la verdad es que cuando la evitamos, la ansiedad no desaparece, sino que se acumula en el sistema nervioso provocando en última instancia alarmas más fuertes como úlceras gástricas y los ataques de pánico, tan común en nuestros días.
Pero que no cunda el pánico. Hoy quiero invitarte a aprender a detectarla, atravesar y transformarla para así poder ver el potencial de madurez, crecimiento y libertad que en realidad nos depara cuando la abordamos de manera correcta. En vez de que la ansiedad nos controle vamos a aprender a usarla a nuestro favor.
Vamos paso por paso:
¿Cómo experimentas la ansiedad física y mentalmente?
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Manos sudadas, temblorosas, en la garganta, capaz se te cierra el estómago, la mente se pone frenética con pensamientos, nos movemos de un lugar a otro, capaz nos quedamos completamente quietos, la respiración se acorta, el corazón se acelera, cada uno tiene síntomas distintos.
Es clave entender que la ansiedad tiene su raiz en el MIEDO. Y ¿qué es el miedo? Una reacción temerosa a un posible escenario futuro que no queremos que ocurra o vuelva a ocurrir.
Entendamos el camino de cómo llegamos a este punto de ansiedad y como “desenredarla”. De la mente al cuerpo, del cuerpo a las emociones, de las emociones a la paz.
Todo se inicia en la mente, esta comienza a pensar en lo negativo y peligroso de las situaciones: “no quiero que eso me suceda, eso no es para mí, ojalá no pase, ojalá no me quede sin esto, ojalá no se acabe, ojalá no llegue a ese punto, ojalá que no, por favor que en el futuro no suceda esto porque ya me sucedió en el pasado y no quiero que se repita, etc.”
Esta verborrea mental comienza a generarnos el estado emocional del miedo.
Cuando comiences a observar esta nube de pensamientos negativos, quiero invitarte a que esta vez elijas experimentar, explorar, atestiguar todo esto sin juzgarte, a ver qué sucede si accionamos de manera diferente ante la misma situación de ansiedad.
Lo segundo, es que estos pensamientos basados en miedo comienzan a generar sensaciones físicas, porque somos MENTE, ALMA Y CUERPO, todo está interconectado.
Entonces esos pensamientos negativos comienzan a repercutir a nivel físico con los síntomas que mencionamos arriba. De ahí vamos al tercer paso: Sentir la emoción debajo de las estas sensaciones físicas.
Si vamos más profundo debajo de lo físico, por lo general encontramos una emoción básica, como es el miedo, tristeza y la rabia. Y lo que vamos a aprender a hacer hoy es a atestiguar y atravesar este momento.
Para ello vamos a utilizar esta técnica del Sistema Isha, esta frase de alta vibración que nos ancla en el momento presente tal cual está, sin querer cambiarlo y de ese abrazo de esa aceptación viene nuestra transformación. “Alabanza al amor por este momento en su perfección”. Esta frase, la vamos a repetir con los ojos cerrados, llevando la atención al corazón. Te invito a cerrar los ojos, relajar el cuerpo y dejarte llevar por esta meditación.
Recordá que la ansiedad es solo una alarma, no es un problema sino una manera en la que nuestro cuerpo, nuestro ser, nos está tratando de comunicar algo. Entonces con estos pasos, estamos respondiendo a ese llamado y estamos sanando, estamos conectándonos con lo que sea que nos está queriendo decir.
Capaz vengan ganas de llorar y es importante permitir que eso suceda. Capaz hay mucha energía física, necesitemos hacer ejercicio físico, importante para liberar el exceso de tensión. También podemos descargar esa energía, esa frustración, esa ansiedad también gritando en una almohada, golpeando el colchón, sacando esa energía de manera saludable y de manera sana sin lastimarnos y sin guardarla.
Podes seguir practicando esta herramienta, esta frase del Sistema Isha y ahora sabes que durante la ansiedad no presentes resistencia si no dale la bienvenida con esta frase para poder abrazar y atravesar ese momento y acordate de que en cada instante, en cada segundo, podés elegir alimentarte del miedo o del amor.
Facilitadora del sistema Isha