El último juego de Luis Fariña a nivel profesional fue el 26 de octubre de 2019, con la camiseta de Cerro Porteño. Ahora, tras superar el problema de trastornos de ansiedad con ataques de pánico y episodios de depresión, el futbolista aseveró que en caso de marcar le tocará: “Agradecerle a Dios y a todos los estuvieron a mi lado. Estar de vuelta en un campo de fútbol ya es importante, si salen las cosa bien, mejor. Pero este es el premio máximo”.
Fariña sintió “la necesidad de hacerlo público” el problema que sufría “por las otras personas que también lo pasan”. En contacto con el Cardinal Deportivo reconoció que “ni ante s de la enfermedad me sentía con tantas ganas de volver a pisar un terreno de fútbol”.
Además resaltó la forma en que el club lo apoyó: “Todo Cerro y cuando digo todo Cerro me refiero a los dirigentes, al técnico de ahora (Francisco Arce), al técnico que estuvo en ese momento, que fue (Miguel) Russo, a la hinchada que desde el momento que se supo que volvía al fútbol me abrió las puertas como si fuera el club de donde uno salió”.
EL INICIO DE LA ENFERMAD
Fariña comentó que su problema “parece que en el fútbol es un tema tabú, como que no lo pasa nadie. Quizás la ansiedad es más normal, la depresión es otra cosa. Es un tema que muchos jugadores lo pasan y se lo guardan, y es peor”.
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“Llegué con ese estado pero no era tan fuerte. No pasaba depresión, sino que pasaba ansiedad. Los primeros partidos me sentía bien físicamente. Cuando se fue agravando empecé con medicamentos que eran fuertes, el físico fue decayendo. Ahí empezaron los problemas de depresión”, indicó. El ofensivo había llegado a Barrio Obrero para el segundo semestre de 2019.
Apuntó que “no pasaba ni por lo económico, ni por lo familiar, ni por lo futbolístico. Arranqué bien pero interiormente me sentía mal y no lo supe manejar”. Acotó que no había un porqué para sentirse así ya que “era un momento hermoso en vida, me había esforzado mucho para que un club como Cerro me contrate, y cuando lo consigo me pasa esto. No era esperado. Tenía a toda la familia bien, mis hijos, mi mujer, mis padres. Todos sanos”.
“Al primero que recurrí, que más confianza me generó en contárselo fue a un compañero: (Federico) el Pachi Carrizo”, expresó. “Llegar a un club tan grande y tener ese problema no es fácil (...) Él fue el que me empujó a hablar con el cuerpo técnico, con la dirigencia. Así empezó todo, empecé hablando con él”, detalló. Hoy, Fariña está practicando nuevamente, enfocado en volver a pisar un terreno de juego de manera oficial.
