La clasificación de Paraguay a la Copa del Mundo no fue apenas un resultado deportivo. Fue, sobre todo, una reconstrucción histórica.
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Un proceso que rompió estadísticas, derribó viejos fantasmas y volvió a colocar a la Albirroja en un lugar que parecía lejano: el de un equipo respetado, competitivo y capaz de cambiar su propio destino.
Las Eliminatorias rumbo al Mundial marcaron un antes y un después en la historia reciente del fútbol paraguayo. Por primera vez, la selección cerró el camino con una victoria en su último partido.
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Un detalle que puede parecer menor, pero que no lo es: en las 18 Eliminatorias anteriores, Paraguay había empatado cuatro veces y perdido en catorce ocasiones en su despedida.
Esta vez, el final fue distinto. Hubo triunfo, convicción y la certeza de que el ciclo se cerraba con la frente en alto.
El camino también incluyó conquistas inéditas fuera de casa. Por primera vez en la historia de las Eliminatorias, Paraguay ganó en suelo peruano. Hasta entonces, las visitas a Lima habían dejado apenas dos empates y seis derrotas.
La victoria rompió una barrera que durante décadas pareció infranqueable y confirmó que esta selección estaba dispuesta a cambiar la narrativa.
Otro de los grandes quiebres se dio en la altura boliviana. Después de 24 años consecutivos de derrotas, la Albirroja volvió a sumar en Bolivia con un empate 2-2 en El Alto, el 19 de noviembre del 2024. La última vez que Paraguay no había perdido allí se remontaba al año 2.000, con un empate sin goles en La Paz. Más de dos décadas después, el resultado tuvo sabor a reivindicación.
El recorrido también incluyó el regreso de triunfos que parecían archivados en la memoria. Paraguay volvió a vencer a Uruguay después de casi 18 años. El 5 de junio de 2025, la victoria 2-0 en Asunción cortó una racha que se extendía desde octubre de 2007.
Lo mismo ocurrió frente a Brasil: pasaron 16 años para que la Albirroja volviera a derrotar a la Canarinha, desde aquel lejano 2008 hasta el triunfo logrado en setiembre de 2024 en el Defensores del Chaco. Y frente a Argentina, la espera fue de 15 años, desde la recordada clasificación de 2009 hasta el nuevo festejo en noviembre de 2024.
Más allá de los nombres y los partidos puntuales, el proceso dejó cifras que explican el renacer. Paraguay igualó el récord histórico de partidos consecutivos sin perder en Eliminatorias: nueve encuentros, una marca que no se alcanzaba desde la era de Paulo César Carpegiani rumbo a Francia 1998.
Además, con el formato de todos contra todos, ida y vuelta, la selección perdió solo cuatro partidos, la menor cantidad desde que este sistema fue instaurado.
El aspecto defensivo fue otro de los pilares del equipo. Paraguay recibió apenas diez goles en toda la competencia, el registro más bajo desde Francia 1998, con siete de ellos encajados bajo la conducción de Gustavo Alfaro. Un dato que habla de solidez, orden y una identidad clara, esa que históricamente distinguió al fútbol paraguayo y que parecía extraviada.
Esta clasificación no fue un golpe de suerte ni una excepción estadística. Fue el resultado de un proceso que recuperó la fortaleza mental, la disciplina táctica y el sentido de pertenencia.
La Albirroja no solo volvió al Mundial: volvió a creer en sí misma. Y con ella, un país entero recuperó la ilusión de verse nuevamente entre los mejores del mundo.
Lo que se viene para Estados Unidos-México-Canadá 2026
El sorteo del Mundial 2026 comenzó a trazar el camino de la selección paraguaya en la máxima cita del fútbol. La Albirroja quedó ubicada en el Grupo D, una zona que combina peso histórico, exigencia competitiva y un componente de incertidumbre que mantiene abierta la expectativa hasta último momento.
Paraguay ya conoce a dos de sus rivales: el anfitrión Estados Unidos, uno de los tres organizadores del torneo, y la siempre combativa Australia, un seleccionado que se ha consolidado como protagonista habitual en las últimas Copas del Mundo. El tercer integrante del grupo, en cambio, aún está por definirse y llegará desde Europa, tras una exigente ruta de repechaje.

Ese último cupo será ocupado por el ganador del play-off europeo C, que disputarán Turquía, Rumania, Eslovaquia y Kosovo en marzo de 2026. Un cruce de alto voltaje que añade una dosis extra de dificultad a la planificación paraguaya, ya que se trata de selecciones con estilos distintos, experiencia internacional y planteles competitivos.
La conformación del Grupo D ofrece un interesante contraste futbolístico. Estados Unidos, con el impulso del localismo y una generación joven en crecimiento; Australia, con su intensidad física y disciplina táctica; y un europeo aún por confirmar, obligarán a la Albirroja a mostrar versatilidad, solidez y carácter desde el primer partido.
El calendario ya marca el inicio del sueño mundialista. Paraguay debutará el viernes 12 de junio en California, enfrentando al seleccionado estadounidense en el imponente SoFi Stadium de Inglewood, en el condado de Los Ángeles. El partido se disputará a las 22:00, hora paraguaya, en un escenario que promete un marco multitudinario.
El segundo compromiso será nuevamente en suelo californiano. La selección nacional se medirá ante el clasificado de la repesca europea el sábado 20 de junio a la 01:00 (viernes 19 en Estados Unidos), en el Levi’s Stadium de Santa Clara, en el área metropolitana de San Francisco.
Un encuentro que podría resultar clave en la lucha por avanzar de fase
La fase de grupos se cerrará ante Australia, el jueves 25 de junio, desde las 23:00, otra vez en el Levi’s Stadium. Será el partido donde Paraguay buscará sellar su pase a los dieciseisavos de final, con la ilusión intacta y el respaldo de una afición que promete hacerse sentir.

Con el panorama definido, la Asociación Paraguaya de Fútbol y el cuerpo técnico encabezado por Gustavo Alfaro ya trabajan en la planificación logística. La idea es establecer la base de operaciones en el estado de California, priorizando zonas cercanas a Los Ángeles o San Francisco para minimizar traslados y optimizar la recuperación del plantel.
La elección final dependerá de la infraestructura disponible, los centros de entrenamiento y otros detalles que se manejan de manera estratégica puertas adentro. Mientras tanto, los hinchas también comienzan a organizar su propio operativo. Muchos analizan alojarse en ciudades más accesibles económicamente y trasladarse el día de los partidos para acompañar a la Albirroja.
En la Costa Este, Miami y Nueva York aparecen como puntos de encuentro tradicionales para la comunidad paraguaya, que una vez más promete teñir de rojo, blanco y azul cada rincón donde juegue la selección. El Mundial empieza a sentirse y Paraguay ya tiene su ruta marcada.