Tras la admisión del fracaso en la terminación del montaje y puesta en marcha del nuevo tren de molienda de caña de azúcar en la alcoholera de Mauricio José Troche, departamento de Guairá, Petróleos Paraguayos (Petropar), presidida por Eddie Jara, apura una licitación para contratar servicios metalmecánicos para reparar el viejo molino de caña.
Mediante este llamado, la estatal prevé gastar G. 3.500 millones, y la recepción de ofertas está fijada para el 9 de enero próximo en las oficinas de Petropar, en Villa Elisa.
De acuerdo con el pliego de bases y condiciones, la Gerencia de Planta de Mauricio José Troche solicitó el llamado para reparar diversos componentes del molino de caña de azúcar, como engranajes, piñones, ejes, cojinetes y otras piezas específicas, además de trabajos relacionados que permitirán su instalación y puesta en funcionamiento.
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“Con la ejecución de estos servicios se busca asegurar el adecuado desempeño y la continuidad operativa de los distintos sistemas que integran el área de molienda de caña de azúcar”, señala el documento oficial.
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De esta manera, la petrolera estatal destinará millones de guaraníes para mantener en funcionamiento su antigua planta, mientras la nueva alcoholera continúa paralizada, luego de que la estatal anunciara el inicio del proceso de rescisión del contrato con la empresa Estructura Ingeniería S.A. (EISA), representada por Alberto Palumbo, encargada de completar la obra.

Detalles de la obra fallida de Petropar
La fallida obra de Troche fue adjudicada en diciembre de 2021, durante la gestión de Denis Lichi (ANR) —actual gobernador de Cordillera—, por un monto de G. 195.299 millones (unos US$ 28,3 millones, al tipo de cambio actual).
La empresa adjudicataria no logró concluir la planta en el plazo establecido, pese a haber percibido un anticipo de G. 41.815 millones. Posteriormente, tras un avenimiento ante la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), en julio de 2023, se subcontrató a la firma Ocho A, vinculada al empresario Luis Pettengill, para que concluyan los trabajos.
Sin embargo, tras la asunción de Eddie Jara al frente de Petropar, las obras fueron suspendidas en septiembre de 2023, dando inicio a una serie de verificaciones y auditorías externas, cuyos resultados nunca fueron difundidos públicamente.
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La estatal contrató varias consultorías para estas revisiones y, como resultado, comunicó a EISA sobre la apertura formal del proceso de rescisión, en octubre último, en medio de una nueva crisis con los cañicultores, a quienes les habían prometido que el nuevo tren de molienda estaría operativo en un año.
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Hasta el momento, Petropar no aclaró si convocará a una nueva licitación para concluir la obra o si utilizará los equipos adquiridos por EISA en Brasil, que permanecen sin ser montados en el tinglado ya construido por la empresa.
Por lo pronto, EISA recurrió a un tribunal contencioso-administrativo para frenar la rescisión del contrato. “Todo el tenor de la rescisión no se configura como tal y, aun así, avanzaron con el proceso. Pidieron la ejecución de la póliza y ni siquiera existe una liquidación de haberes. Hay demasiados vicios en el procedimiento, por eso solicitamos la medida cautelar”, dijo a ABC el Ing. Óscar Vera, vocero de la empresa.
