Industriales quieren menos retórica y solución a varias cuestiones importantes

El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, pronunció un discurso de fin de año en el que, aparte de reconocer logros macroeconómicos de la gestión gubernativa, señaló actitudes y omisiones que deberían ser corregidas. De entrada, instó a “abandonar la retórica” estéril “para encarar con imaginación y valentía las reformas” que el país requiere, como las que, si no se efectuaran, causarían “distorsiones (...) en la estabilidad macroeconómica, así como en la estabilidad de las cuentas públicas”. Las inquietudes de la UIP provienen de quienes contribuyen, junto con sus empleados, al desarrollo del Paraguay: aquí no entra en juego la politiquería. Si el gremio apunta los aspectos positivos que se registran en el país, es de pensar cuántas cosas más se pueden lograr si se superan los factores limitantes que frenan un mayor desarrollo, y que se enumeran con precisión en el discurso del titular del gremio.

El presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, pronunció un discurso de fin de año en el que, aparte de reconocer logros macroeconómicos de la gestión gubernativa, señaló actitudes y omisiones que deberían ser corregidas. De entrada, instó a “abandonar la retórica” estéril “para encarar con imaginación y valentía las reformas” que el país requiere, como las que, si no se efectuaran, causarían “distorsiones (...) en la estabilidad macroeconómica, así como en la estabilidad de las cuentas públicas”. Pese a que esas necesarias reformas ya son conocidas, no estarían siendo hechas con “rapidez, transparencia y perspectiva de futuro”, para lo cual se precisan, según dijo, “liderazgo” y “consenso”, tanto social como político.

En otros términos, hay mucha verborrea y menos resultados. Sin duda, la ausencia de liderazgo es inquietante, debido a que, puede presumirse, existiría un poder detrás del trono, con nombre y apellido, que llevaría la voz cantante en los grandes temas nacionales. En cuanto al consenso, suele ser de boquilla, cuando existe: ¿acaso hay un interés real en reformar el Estado para, entre otras cosas, reducir su tamaño, es decir, el prebendarismo? Precisamente, en otro párrafo del discurso, el dirigente industrial sostuvo que “las prácticas administrativas inspiradas en el nepotismo” inciden negativamente en el “tejido laboral” del país.

Por boca de su presidente, la UIP también lamentó la falta de pago a los proveedores del Estado, el mismo día en que el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, cuestionó la “pésima gestión” al respecto de su par de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión. Por lo demás, el sector de la construcción no sabría qué esperar del plan de expansión infraestructural.

“Nos asusta y enfáticamente rechazamos la intención de cualquier tipo de control de precios”, fue otra enfática opinión del disertante. En otro punto, cuestionó las actuaciones del Ministerio Público para defender la propiedad privada y atacar la informalidad y el contrabando, y que “la informalidad y la corrupción no reciban debido castigo”. También criticó las sanciones excesivas de la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco), que socavarían el Estado de derecho. Es elogiable que también se haya ocupado del “sufrimiento” de los trabajadores, “debido a las limitaciones del sistema de transporte y a la precariedad del sistema de salud”. En un punto también expresó que “inquieta que nubarrones de ingobernabilidad estén nublando el panorama político”.

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En fin, es plausible que el titular del gremio industrial haya dicho que su gremio está dispuesto a cooperar con los tres poderes del Estado y con todos los sectores sociales para forjar un país diferente, según los “principios de racionalidad, legalidad, transparencia y neutralidad”. Como nadie ignora, hoy brillan por su ausencia en la función pública, donde siguen imperando el derroche, la corrupción, el ocultamiento y el favoritismo. Es de esperar que las altas esferas gubernativas no hagan oídos sordos a tan atinados reclamos. En especial, deberían emprender desde ya las reformas estructurales urgentes, en vez de limitarse a dar golpes de efecto propagandísticos, como el de inaugurar obras públicas aunque estén inconclusas.

Las inquietudes de la UIP provienen de quienes contribuyen, junto con sus empleados, al desarrollo del Paraguay: aquí no entra en juego la politiquería. Si el gremio apunta los aspectos positivos que se registran en el país, es de pensar cuántas cosas más se pueden lograr si se superan los factores limitantes que frenan un mayor desarrollo, y que se enumeran con precisión en el discurso del titular del gremio. Algo surge claramente: hay mucha retórica en el discurso gubernamental, mientras existen muchas cuestiones de gran relevancia que esperan solución.