La Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco), la organización madre del empresariado paraguayo, lanzó un elocuente mensaje de fin de año, a través de su presidente de turno, Enrique Duarte, que aborda con objetividad asuntos de importancia y formula reclamos de suma trascendencia para la marcha del país. Empieza afirmando que el actual crecimiento económico sostenido es insuficiente para garantizar el desarrollo, pues debe traducirse en mejores condiciones de vida, mayor productividad, buenos empleos y servicios públicos eficientes. Más allá de la economía, el mensaje señala con tino que “la institucionalidad, la previsibilidad y la confianza son condiciones indispensables y que la democracia se fortalece cuando el Estado responde eficazmente a necesidades básicas, como salud, educación, seguridad y transporte, respetando las libertades individuales, la propiedad privada y los contratos”.
Tras esta plausible alusión al Estado Social de Derecho, del que habla la ley suprema, la entidad hace referencia a “problemas estructurales conocidos” que no estarían siendo encarados, con lo cual aumentarían el costo de corregirlos y los efectos socioeconómicos negativos. En este contexto, sostiene que ha llegado la hora de “abandonar las solas intenciones y avanzar reformas con liderazgo, consenso y una ejecución decidida”. Los avances macroeconómicos y los esfuerzos contra la informalidad “son importantes pero insuficientes si no se traducen en transformaciones profundas y sostenibles”, agrega. Uno de los temas que preocupan al empresariado es el de la cadena de pagos: “cuando el Estado no cumple en tiempo y forma con sus obligaciones, se paralizan proyectos, se afecta el empleo, se debilita a proveedores y se deteriora la reputación del país”.
Como el gasto creciente, la rigidez presupuestaria y los compromisos previsionales limitan las inversiones públicas, según sostiene el mensaje, “la modernización del Estado sigue siendo una deuda central. La burocracia, los procesos fragmentados y la falta de digitalización encarecen la actividad económica, generan discrecionalidad y desalientan la formalización”. La Feprinco insta al consenso y a atraer la inversión extranjera directa, para lo cual menciona la necesidad de “reglas claras, seguridad jurídica, infraestructura adecuada y una logística eficiente”. En cuanto a la sanidad, pide su modernización integral, mejor gestión y un uso transparente de los recursos. En el mismo campo, propugna la sostenibilidad de los fondos previsionales del Instituto de Previsión Social, como uno de los principales desafíos estructurales.
En otro momento, reconoce los avances realizados por la “nueva” Dirección Nacional de Ingresos Tributarios y exhorta a luchar contra la informalidad, el contrabando y las prácticas ilegales, mediante la coordinación institucional, los controles efectivos y la aplicación equitativa de la ley. Señala la necesidad de que la seguridad jurídica y la propiedad privada sean “fortalecidas” y que la aplicación de las normas sea “previsible”, para no desalentar la inversión. Critica que las actuaciones judiciales den un “viso de legalidad” al contrabando y la falsificación. El mensaje alude a “la persistencia de prácticas que privilegian relaciones por sobre el mérito”, que incidirían directamente en la productividad.
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La Feprinco afirma que “superar estas distorsiones es parte del camino hacia un Estado más eficiente y creíble”, y aboga por la participación temprana del sector privado en la discusión y elaboración de las leyes, pues estima que “la toma de decisiones sin diálogo previo y sin consensos firmes, puede generar división, desconfianza y costos”, que afectan a la economía.
El importante mensaje señala con optimismo que “el país tiene condiciones excepcionales para avanzar: estabilidad, recursos, ubicación estratégica y una cultura de trabajo”, y que estas condiciones generarían un “bienestar general” si hubiera “decisiones correctas, instituciones sólidas y la capacidad de trabajar juntos”. El empresariado concluye con “un llamado a la acción y a la unidad”, manifestando su deseo de construir con el Estado y la sociedad “un Paraguay con gestión moderna, reglas claras y un desarrollo que combine crecimiento económico con calidad de vida”.
La Unión Industrial Paraguaya (UIP) se pronunció también hace unos días con muchos conceptos en el mismo sentido. El Gobierno debería recoger tan importantes reflexiones y sugerencias que provienen precisamente de los sectores que trabajan y producen y con cuyos aportes se sostiene el aparato gubernamental. Por el bien del país.