La embarcación estuvo retenida en el puerto argentino hasta ayer por la mañana. “Tuvimos que pagar una multa de 12.700 pesos (unos G. 4.200.000) porque el certificado de desperdicio y reciclado estaban vencidos”, dijo el patrón baqueano de la balsa, Vicente Peralta.
“La situación es cada vez más complicada, antes que apresaran a los aduaneros en Argentina el pasado 12 de octubre, dos de ellos de Puerto Rico, realizábamos más de 20 viajes por día, ahora apenas diez o doce”, explicó. Este paso fronterizo es el más importante después del de Encarnación-Posadas, a través de la balsa que une los dos puertos, uno paraguayo y otro argentino y el único que podía operar los fines de semana y feriados.
La balsa, con capacidad para transportar 10 vehículos, trabaja de 08:00 a 11:45 y de 14:00 a 17:45, y traslada hasta 40 pasajeros cada viaje. El cruce del río lo hace en cinco minutos y por cada automóvil cobra G. 30.000; camioneta G. 35.000 y kombis G. 45.000.
Peralta explicó que lleva 30 años en este lugar y ahora sólo podrán trabajar de lunes a viernes. En feriados, hay que pagar a los aduaneros argentinos 20.000 pesos por día (unos G. 6 millones), algo imposible, dijo.
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La cantidad de compradores que pasan hacia nuestro país también se resintió por las trabas aduaneras del lado argentino. “Debemos pagar un porcentaje por las mercaderías que llevamos”, explicó Rossana Martínez, ciudadana argentina que esperaba para cruzar en lancha.
