Se puede cambiar

Si se realizara en estos momentos una encuesta sobre la importancia de cambiar las reglas de juego electoral para mejorar la calidad de la representación popular eliminando las listas sábana e instaurando el voto de persona a persona, estoy seguro de que el resultado de la consulta se aproximará al cien por ciento en favor del cambio. Muy pocos votarán porque se mantenga la situación actual.

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Sin embargo, si llegado el momento el Parlamento decide la continuidad del sistema con las listas completas y bloqueadas para la elección de cargos multinominales (senadores, diputados, concejales), en vez de decretar la muerte de las listas sábana, tal como lo desea la gran mayoría de los ciudadanos, ese porcentaje de casi el cien por ciento de encuestados permanecerá inmóvil frente a la adversa decisión de sus “representantes” con respecto a lo que piensa y desea sobre el tema.

No será la primera vez, ya sucedió antes que se presentaron iniciativas para que la elección de cargos multinominales sea a lista abierta, inclusive se llegó a la instancia de convertirse en ley, pero los alegatos de supuestas complicaciones técnicas triunfaron y se volvió marcha atrás con el cuento de volver más adelante por una mejor legislación.

Entonces, ¿por qué ocurre esto de que los “representantes” del pueblo actúan de manera totalmente opuesta a lo que desea y busca el electorado, sin consecuencia alguna para quienes navegan contra la corriente popular?

En primer lugar la sociedad debe entender que la iniciativa surgida de la ciudadanía y que hoy adquiere la forma de un nuevo proyecto de ley de algunos diputados no es una campaña en contra de los partidos políticos. Es todo lo contrario, es una búsqueda de salvar a los partidos políticos de la profunda crisis en que se encuentran por destrucción casi completa de los principios, doctrina y valores que enarbolan con las prácticas indecorosas y hasta obscenas de las cúpulas partidarias.

Estas prácticas deberían tener altos costos políticos para quienes las cometen, pero los dueños de partidos y movimientos encontraron la forma de protegerse mutuamente mediante las listas completas y cerradas (sábana) colocando a los personajes averiados y por tanto impresentables por debajo de quienes más o menos conservan una regular imagen pública.

Se ha buscado la forma de terminar con esto, se logró por ley, pero se retrocedió y ahora estamos en lo mismo. Sin embargo, radica en la Cámara de Diputados el proyecto de los legisladores Ramón Romero Roa, Óscar Tuma y Dany Durand que plantea elegir en las internas partidarias persona por persona a los candidatos a cargos multinominales.

Según este proyecto, usted, amigo lector, si es afiliado a un partido político y concurre a votar por quienes desea que integren la Cámara de Diputados o Senadores o Juntas Municipales, votará por uno de los candidatos por quien cree que tiene mejores condiciones para representarlo. Entre todos los votados, uno a uno por los electores, se conformará la lista de candidatos que para las elecciones generales (posteriores a las internas) ya será cerrada y bloqueada.

La modalidad sugerida no garantiza que a raíz de ella se elegirán a los mejores, pero por lo menos quienes resulten elegidos serán el resultado de lo que verdaderamente eligió cada elector y no más los intermediarios.

¿O usted prefiere votar en las internas de su partido por ejemplo para Diputados por 80 personas para titulares e igual cantidad para suplentes sabiendo que no conoce a la mayoría de ellos, sabiendo que los dueños de movimientos y de los partidos decidieron por usted los nombres y sus ubicaciones en las listas?

¿No cree usted que llegó la hora de realizar efectiva y concretamente algo en favor del cambio? Si usted no mueve algo, nadie en el Congreso le dará bolilla a esta nueva iniciativa. Piense en su poder soberano y confíe en su propia fuerza de impulsar el cambio. O sino’ýrõ piko máva la ojapótava.

ebritez@abc.com.py

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