Se puede observar un desmoronamiento de la izquierda nacional en medio de una construcción colectiva de un poder regional conocido, no ya como el comunismo ni socialismo de antes, sino como el socialismo bolivariano del siglo XXI, obra del líder de ese movimiento, Hugo Chávez, que suplanta en el oficio al veterano jubilado Fidel Castro. Paraguay se ganó el derecho de ingresar a ese movimiento a través de Fernando Lugo, quien para lograr el pase electoral mantuvo oculta su ideología socialista presentándose como de centro, “poncho jurúicha”.
Este cambio de los sistemas políticos se viene produciendo en el continente americano desde finales del siglo pasado para consolidarse en la primera década del nuevo siglo con la caída de los partidos tradicionales en Venezuela más la asunción de Chávez y el triunfo del Partido de los Trabajadores en Brasil con Lula a la cabeza. El fenómeno produce contagios en la región y el mapa se marca de socialismo con mayor amplitud, aunque algunos países sufren “retroceso”, como por ejemplo Chile con el triunfo Piñera.
¿O sea que es un proceso en el tiempo y el espacio del cual es expulsado Paraguay con la destitución de Fernando Lugo?
Visto desde ese punto de vista, el movimiento socialista del continente pierde un miembro. A diferencia de los demás países, Paraguay solo contaba con socialismo en el Poder Ejecutivo, desde donde Lugo dio un formidable apoyo, respaldo y aguante a la formación de una plataforma socialista que finalmente se conformó en lo que es actualmente el Frente Guasu, conglomerado de 19 partidos y movimientos pequeños.
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En los demás países, existen partidos de izquierda con importante masa de afiliados y adherentes además de sus amplias y sólidas representaciones parlamentarias. Aquí hay solamente cinco socialistas de los 125 parlamentarios que integran el Congreso. Todos los demás líderes relevantes del socialismo paraguayo dependían del presupuesto o de la gentileza del Poder Ejecutivo, cuya firma dejó de valer con la destitución de Lugo.
En Paraguay no existe un partido socialista de peso y el Frente Guasu ni siquiera puede adjudicarse el triunfo de Lugo, este ganó con el voto ciudadano anti-Partido Colorado y el voto liberal mayoritario, pero el apoyo recibido por la izquierda paraguaya desde afuera fue relevante como también lo fue para el socialismo bolivariano el hecho de que Paraguay se convierta en uno de ellos.
¿Cómo es que no pudieron convencer al Senado paraguayo para que Venezuela ingresara al Mercosur, si se trata de un grupo bastante grande e influyente en el continente?
Por lo que dijimos, aquí el peso electoral de la izquierda no pasa del once por ciento, no tiene partido político con soporte popular y tampoco suficiente cantidad de parlamentarios, lo cual no significa que no exista en el país la “materia prima” para que exista un partido socialista con arraigo popular.
Los partidos tradicionales paraguayos son conservadores al igual que los nuevos como Patria Querida y Unace, por ende, no existen condiciones para “soportar” los errores de un titular del Ejecutivo con ideología contraria, y menos aún cuando son frecuentes y graves. Permitir el ingreso de Venezuela al Mercosur en realidad significaría para el Senado paraguayo un obsequio a Chávez, que no estaba dispuesto a realizar por lo que pudiera significar ese hecho al interior de nuestro país en permanente debate sobre los afanes expansionistas del presidente venezolano.
Entonces, ¿qué pueden hacer los socialistas paraguayos para tener poder en el próximo período constitucional?
Por el momento casi todos están entusiasmados con el movimiento de resistencia al “golpe de Estado”, basados en la esperanza de que Lugo pueda recuperar la Presidencia de la República, pero la cúpula sabe que esta táctica es apenas un compromiso testimonial de cumplimiento imposible.
El efecto esperado de esta campaña no es precisamente la vuelta de Lugo, sino el desprestigio de sus enemigos políticos, liberales, colorados, patriaqueridistas y oviedistas, de cara a los compromisos electorales de abril próximo. Los socialistas saben que Lugo ya no vuelve y que tampoco tiene sustento el argumento del golpe de Estado, pero hacen el máximo esfuerzo por descalificar a quienes tumbaron a su líder.
¿Cuáles son los efectos de la caída de los socialistas del poder para sus chances electorales?
Y prácticamente perdieron todo con la destitución de Lugo, de sus ministros afines, altos funcionarios y mandos medios incorporados a la función pública en los últimos cuatro años. Por el momento ni siquiera tienen para abonar los honorarios del encuestador, que prometieron sería de muy alto nivel en la región.
Inclusive se modificaron los ejes de su estrategia electoral que anteriormente descansaban sobre el electorado liberal, a cuya dirigencia tenía rentada en el presupuesto de la nación y, por tanto, en condiciones de quedarse con las mejores opciones para formar alianza.
Hoy por hoy, la izquierda juega con elementos puramente emotivos como la victimización tardía y contradictoria de su líder, Fernando Lugo, quien luego de acatar y reconocer el resultado del juicio político, se transformó en “víctima de un golpe de Estado”.
Además, trata de instalar, sobre todo en el exterior, la idea de supuestos atropellos a los derechos humanos, la censura, la persecución política, que una simple visita externa in situ logra disipar sin mucho esfuerzo de investigación.
¿Los síntomas de división que se perfilan en el Frente Guasu también son productos del “golpe”?
La división es un presupuesto fijo de todos los grupos y movimientos políticos que compiten por cargos. Sucede con los colorados, los liberales, aunque en menor escala en grupos muy verticales como Unace. En estos casos, si la división no se produce en el momento de confeccionar las listas, sobreviene con el tiempo, tal como se pudo ver con los parlamentarios oviedistas que pasaron a otras carpas.
Estaba previsto que la plataforma construida por la izquierda se vaya a fraccionar, no precisamente por la candidatura presidencial, sino por los primeros lugares en las listas a cargos pluripersonales, sobre todo en la lista de candidatos a senadores.
¿El hecho de que Lugo vaya a encabezar la lista de senadores de los socialistas puede ayudar?
Con Lugo como cabeza de lista de senadores, los socialistas podrían lograr mayor cantidad de senadores, siempre y cuando no se dispersen demasiado, ya que son muchos los que se creían con derecho “natural” a encabezar la lista de senadores cuando Lugo estaba impedido como un expresidente que completa normalmente un período constitucional.
En el caso de los candidatos a diputados, la situación es un poco más complicada porque los curules en Diputados se obtienen juntando votos, uno a uno, pateando en los barrios y campiñas y logrando un buen apoyo financiero en cada caso.
¿Se rompió totalmente la posibilidad de que Frente Guasu haga alianza con los liberales y otros que no sean colorados?
En política nada es imposible, por eso la palabra nunca es la menos pronunciada por los actores. Hasta donde pude observar, tanto los referentes de la izquierda como los del PLRA cuidan muy bien sus palabras para referirse unos a otros, lo cual significa que será difícil pero no imposible una eventual alianza, luego de lo que sucedió.
Los liberales sin Frente Guasu están empujados a sondear la posibilidad de una alianza con Unace, Patria Querida y PDP de Rafael Filizzola, pero entre estos existen incompatibilidades.
Si vuelve a los brazos de Frente Guasu, encontrará igualmente incompatibilidades, esta vez nuevas y anteriores, pero la herida permanecerá abierta, aunque de concretarse el paso al costado de Blas Llano como candidato presidencial y se confirma la candidatura de Efraín Alegre, se planteará la paradoja de que los luguistas podrían sentirse más cómodos y confiados con quien ellos traicionaron y no con quien los traicionó.
El distanciamiento de López Perito con una fuerte autocrítica y piropos a los liberales, ¿qué significa?
El líder de M-20 demuestra ser un pragmático con más sangre fría que los demás. No creo que esté actuando como un delfín de Lugo, ya que la sangre todavía está muy caliente en el Frente Guasu como para que su postura se pueda considerar parte de un plan “posgolpe”.
Creo más bien que López Perito hizo un cálculo realista y ya está actuando en el siguiente escenario del que pisan actualmente Lugo y sus seguidores. Él sabe que en plena campaña electoral se tendrá que ver si se corre solo o aliado y creo que ya trabaja por la segunda opción.
