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Nuestro diario accedió al contenido del documento que remitió la Embajada de Argentina en Asunción al Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país el pasado 8 de julio. Se trata de una nota proveniente de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la Cancillería argentina, que adjunta del documento sobre el proyecto Nueva Planta de Uranio (NPU) a ser instalada en la provincia de Formosa. La factoría producirá el combustible de las centrales nucleares del vecino país.
Luego, el 29 de julio último el canciller nacional, Eladio Loizaga, remitió copias del documento al Congreso Nacional, la Secretaría del Ambiente (Seam) y a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
La nota refiere las gestiones realizadas por la Cancillería nacional ante el Gobierno argentino respecto al proyecto NPU, particularmente al cuestionario de preguntas técnicas presentada por la Seam, a través de la Cancillería, a las autoridades del vecino país en setiembre del 2014, sobre el alcance de dicho proyecto como resultado de la revisión y evaluación del contenido del estudio de impacto ambiental (EIA) presentado por la provincia de Formosa.
La nota tiene cuatro puntos, y la primera alude a los eventuales peligros transfronterizos negativos que puede ocasionar el proyecto, atendiendo que se encuentra en la frontera con Paraguay (ver infografía).
La respuesta argentina señala, además, que Dioxitek presentará antes de la puesta en marcha de la planta, actualmente en construcción, “un Plan de Gestión Ambiental, un Plan de Gestión de Residuos y un Programa de Transporte de insumos críticos y residuos”.
Otra consulta fue por qué decidieron emplazar en Formosa: “El sitio finalmente escogido, ubicado en el Polo Científico tecnológico y de Innovación de Formosa, es el que reúne las mejores condiciones socioambientales para desarrollar el proyecto”, dice la respuesta.