Los rastros de la pandemia que obligó a la población mundial a encerrarse y a tomar medidas sanitarias que regían hasta hace poco prácticamente desaparecieron de la urbe del Plata.
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La exigencia del lavado de manos para ingresar a cualquier local es un hábito prácticamente olvidado en Buenos Aires, donde la normalidad volvió en todos los aspectos y sectores de la sociedad argentina. La población adulta sí mantiene el barbijo ante los cuadros gripales y es uno de los pocos vestigios que quedan en el comportamiento de los porteños y visitantes, como también fueron la constante en su momento en nuestro país.
Puntos que debes conocer
Como siempre, varios son los lugares para conocer y disfrutar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que, según los datos del último censo, el año pasado, cuenta con 3.120.612 habitantes. Los más icónicos y representativos de la ciudad citamos a continuación:
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El Obelisco. Sin lugar a dudas es uno de los símbolos de la ciudad, ubicado en pleno centro de la capital, entre la majestuosa avenida 9 de Julio (catalogada como la más ancha del mundo) y la emblemática avenida Corrientes. Quien visita Buenos Aires no puede dejar pasar una foto con el monumento y las iniciales “B A” a sus pies a modo de jardín vertical.

El año pasado, cerca de 5 millones de argentinos acudieron al lugar para ver a su selección tras la conquista de la tercera copa del mundo. El corpóreo quedó hecho trizas, pero ya está de nuevo como antes.
El Teatro Colón. Desde su creación en el sitio actual en 1908 se ubica a la altura de La Scala de Milán, la Ópera Garnier de París y el Royal Opera House de Londres. En el lugar se presentó la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, actuaron los directores, cantantes y bailarines más importantes de la historia, tales como Igor Stravinsky, Herbert von Karajan, Daniel Barenboim, Maria Callas, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Rudolf Nureyev, Julio Bocca, Paloma Herrera y Maximiliano Guerra. El recorrido turístico cuesta por persona 5.000 pesos (unos G. 110.000 al cambio actual).
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La Casa Rosada. Es un palacio ubicado frente a la Plaza de Mayo que funciona como sede del Gobierno Nacional argentino. Esta gran obra de color rosa ocupa el predio donde se erigió en 1580 el Fuerte de Buenos Aires. Fue la residencia de los virreyes españoles y luego albergó, con algunas reformas, a las autoridades de los sucesivos gobiernos patrios. El actual edificio es el producto de la fusión de dos construcciones anteriores: la sede presidencial y el Palacio de Correos.

Plaza de Mayo. Esta plaza es la más antigua de Buenos Aires y lugar de todos los acontecimientos políticos más importantes de la historia argentina. Su nombre rinde homenaje a la Revolución del 25 de Mayo de 1810, que ocurrió en este mismo escenario y que dio inicio a la gesta de la Independencia.
Catedral Metropolitana. Ubicada frente a la emblemática Plaza de Mayo, en la intersección de la calle San Martín y la avenida Rivadavia, la Catedral Metropolitana es la principal sede de la Iglesia Católica en Argentina. La construcción definitiva comenzó en 1752 bajo la dirección del arquitecto italiano Antonio Masella y se completó en 1852, aunque su decoración concluyó recién en 1911. Su estructura final es neoclásica y tiene un perfil poco usado en las catedrales, dándole un parecido más cercano a un templo griego que al clásico edificio católico.
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La avenida Corrientes y calle Florida. Buenos Aires invita a vivir grandes espectáculos y pequeñas puestas en escena; uno de los escenarios por excelencia es la calle Florida, donde también hay todo tipo de tiendas relacionadas con las compras y el turismo. Los días son largos para recorrer barrios al aire libre y noches agradables para disfrutar de la gastronomía y la coctelería; lugares para disfrutar con amigos y espacios para conocer gente. Grandes restaurantes y bodegones, típicas pizzerías, los tragos de autor en los bares y el infaltable asado argentino.

San Telmo. Es uno de los barrios más antiguos y tradicionales, sede del Casco Histórico y de muchas tanguerías. Ofrece varios puntos como el Paseo de la Historieta (aloja a protagonistas: Mafalda, Isidoro, Patoruzú, Clemente y Gaturro, entre otros), así también el mercado, lugar en el que encontrarás para comprar antigüedades o juguetes de antaño, mangos formoseños, todo tipo de especias, patés patagónicos o tomar un café de algún país exótico o una buena cerveza artesanal.
El Jardín Japonés. Rodeado por los Bosques de Palermo, es un rincón de Buenos Aires que enamora a quien lo visite. Construido en 1967 en ocasión de la visita del emperador de Japón Akihito y su esposa, Michiko, es el más grande en su estilo fuera del país nipón. El precio de entrada por persona es de 700 pesos (G. 15.400).

El Fútbol. Sin dudas en Argentina el mundo se detiene cuando hay fútbol, un país muy apasionado por los deportes y en especial el fútbol. Para vivir esta pasión la recomendación es visitar los clubes más tradicionales del país: Boca Juniors y River Plate. Ambos cuentan con recorridos y museos que muestran la historia y el presente de estas entidades. El superclásico argentino es uno de los más vistos en todo el mundo.
