Agroforestería - Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker (*)

La agroforestería es un grupo de prácticas y sistemas de producción, en el que la siembra agrícola y la plantación de árboles forestales se encuentran en una misma superficie y tiempo.

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Se trata de asociar los cultivos agrícolas con especies arbóreas, buscando varios beneficios: conservar los suelos y su fertilidad, ayudar al trabajo de descomposición de la materia orgánica por parte de los microorganismos edáficos, contribuir a restituir parte de los nutrientes que extraen los cultivos agrícolas, ayudar a la biodiversidad y sus habitas, contribuir a mitigar el cambio climático.

BENEFICIOS

Los sistemas agroforestales ofrecen una serie de beneficios económicos, como leña, postes, madera, frutos; además de sociales, culturales y ambientales, dado que hacen posible producir en forma diversificada al integrar la plantación y cuidado de los árboles, con cultivos agrícolas, frutales y/o ganadería mayor y menor. Esta interacción productiva es capaz de sustentar y mejorar la producción de los pequeños agricultores, dado que se protegen mejor los recursos naturales disponibles (suelo y agua) y se degrada menos el medio. En comparación con los sistemas de producción en monocultivo, los sistemas agroforestales ofrecen al campesino varias ventajas, incrementando en forma directa los ingresos a la familia rural.

ALCANCES

En el desarrollo de sistemas sostenibles de producción agropecuaria, los árboles y arbustos cumplen un papel fundamental, ya que pueden asociarse con cultivos agrícolas (sistema agroforestal), con pasturas para pastoreo (sistema silvopastoril) o bien alternar entre cultivos agrícolas y pasturas (sistema agrosilvopastoril), con plantaciones de frutales (sistemas frutisilvopastoril) a más de actuar como cortinas rompevientos y proteger la superficie de los suelos.

IMPORTANCIA ECOLÓGICA

El auge de los sistemas de producción silvopastoriles puede encontrarse en la necesidad creciente en los países del mundo de producir alimentos en general y de elevar la productividad agrícola, conservando los recursos naturales: el suelo, el agua y la biodiversidad. También en la importancia que tienen los árboles en la protección de los suelos contra la erosión, en sus efectos positivos como cortinas rompevientos, para mitigar los efectos del cambio climático, en atenuar la incidencia de la temperatura y ayudar al bienestar de los animales. Los residuos orgánicos y de animales que caen al suelo son descompuestos por los microorganismos benéficos que ahí viven, beneficiando a los cultivos. Con el rozado y la quema de áreas boscosas se interrumpe este proceso los suelos pierden materia orgánica, textura y estructura, y su fertilidad natural. Con el tiempo, los suelos se compactan y la infiltración del agua de lluvia se vuelve más difícil. Pero, además, en superficies descubiertas y desprotegidas, los seres vivos y microorganismos útiles a la labor de descomposición orgánica mueren por efecto de los intensos rayos solares, lo cual termina por empobrecer los suelos, obligando sobre todo al pequeño productor a recurrir a insumos químicos y productos que, además de costosos, pueden resultar contaminantes del medio y diversidad de especies.

EL PEQUEÑO PRODUCTOR Y LA AGROFORESTERÍA El pequeño agricultor puede mantener y cuidar los árboles nativos o naturales existentes en su finca. De acuerdo a la finalidad de la asociación agroforestal se pueden plantar árboles en fila a lo largo de los linderos en los extremos de las parcelas, como fajas contra la erosión, o bien a modo de cortinas rompevientos. Entre las especies nativas que pueden utilizarse se citan: cedro, guatambú, lapacho, paraíso, peterevy, yvyraro. Para contar con sombra en los piquetes puede cultivar el timbó. Si pretende asociar árboles con cultivos permanentes (yerba mate, cítricos), puede plantar: inga guasu, yvyra pytã, kurupa’yrã. Si quiere contar con árboles temporarios para producción de leña y conservación del suelo, el productor puede cultivar leucaena, inga guasu, kurupa’yrã, entre otros.

CONCLUSIÓN

La agroforestería y sus variantes resultan útiles para el productor rural y de beneficio para el ambiente. El rol activo de los árboles resulta indiscutido para beneficio del suelo, las plantas y animales silvestres y de cría. Por eso deben protegerse, forestar en superficies donde no existen árboles y reforestar donde ya se eliminaron de manera deliberada y sin criterios técnicos.

(*) Especialista en Comunicación Rural.

 

 

 

 

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