1. Se basan en la producción industrial avanzada.
2. Son defensores del libre mercado, del estado de derecho y la democracia.
3. Las empresas del Estado casi no existen, más bien poseen entes reguladores, dejando el mercado a las empresas privadas que compiten entre sí para vender sus productos o servicios. El Estado es mínimo y el mercado máximo.
4. La mayoría de la población vive en centros urbanos, muy pocos dedicados a las actividades agrícolas, forestales y pecuarias.
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5. Las desigualdades sociales existen, pero no tan marcadas como en el tercer mundo.
6. Los grupos políticos realmente son representativos de las doctrinas que defienden: liberales, socialistas, democracia cristiana, etc.
7. El crimen organizado existe, pero en un nivel razonable y controlado. Las transgresiones, inherentes a la propia naturaleza humana, coexisten con la población gracias a que la impunidad es reducida al mínimo.

Existen otras características que podrían encuadrarse en estos puntos o dentro de tres grandes virtudes políticas del hombre: la libertad, el Estado de derecho y la democracia. Las sociedades que no poseen estas cualidades tienen el vicio de estar dominadas por grupos totalitarios, criminales o ignorantes. Los países de Latinoamérica, África y Asia, dominadas por el narcotráfico, el terrorismo y la trata de personas, son las más pobres de la Tierra. Nada nuevo bajo el sol, diría el rey Salomón.
¿Por qué iniciamos con estos postulados universales? Pues, por la sencilla razón de que queremos demostrar que nuestros líderes políticos, técnicos, especialmente los energéticos, son ignorantes, totalitarios y, muchos de ellos, corruptos.
En toda negociación existe el postulado en que ambas partes “ganen”; y como el sistema tiene dos partes, se lo llama ganar-ganar. Sin embargo, el tipo de negociación que escogieron los presidentes Santiago Peña y Lula Da Silva fue la de “perder-perder”. ¿Quiénes son los grandes perdedores? Pues, los consumidores finales paraguayos y brasileños, a través de ANDE y ENBpar, respectivamente.
En este aspecto, y para no entrar en “asuntos internos” del Brasil, podemos decir que nuestro Presidente exigió al pueblo paraguayo (a la ANDE) a pagar un sobrecosto por la energía adquirida de Itaipú para satisfacer el capricho del monje negro de la política nacional contemporánea, el proyecto HC.
Este grupo, no contento con el copamiento político y económico, además de sus avances reales y peligrosos en la búsqueda del poder perpetuo a través de un período presidencial directo y otro indirecto, causó estragos en la última esperanza real que teníamos en reserva, la energía limpia, segura y barata que aún tenemos. El cipayo instalado hoy en el Palacio de López, y su par brasileño (altas partes), con magro resultado electoral en el Estado de Paraná y Mato Grosso, decidieron aumentar las comunidades beneficiables con proyectos sociales. Gastos “discrecionales”, dirían los propios directores y consejeros disidentes de nuestro socio paritario.
De 95 ciudades del Estado de Paraná, pasaron a más de 200 ciudades, tanto de Paraná, como del Mato Grosso, las que serán beneficiadas con recursos de la binacional, perjudicando finalmente a los consumidores de otros Estados brasileños. Si la tarifa de IB no fuese corregida por la ANEEL, hoy estaríamos hablando de una crisis energética y política en la margen izquierda.
Costos de oportunidad o lucro cesante. Ejemplifiquemos con hechos reales, con números y estadísticas, dirían los economistas:
Caso 1. Contratación de potencia de ANDE en IB para 2025: sería de 10% más que en el año 2024. De 2.369 MW pasa a 2.606 MW. En este escenario técnico-financiero debemos aclarar que el sobrecosto que pagarán por los usuarios paraguayos (ANDE) equivale a: con potencia contratada de 2.606 MW podemos adquirir de IB 16.129.592 MWh de energía a un costo oficial, inflado por el Acuerdo Peña-Lula de US$ 37,37/MWh. Esto equivale a US$ 602.924.149, pudiendo haberse comprado a US$ 19,38/MWh (costo real sin los gastos discrecionales), que equivale a US$ 312.591.492; es decir, US$ 290.332.657 más que vamos pagar los consumidores paraguayos de los tres ámbitos, residenciales, comerciales, industriales y de la famosa tarifa social.
¿A quien atribuimos esta pérdida? La única respuesta que pasa por mi cabeza es la ambición desmedida del patrón que todo lo canaliza hacia su pequeña oligarquía.
En artículos anteriores habíamos demostrado las diferencias irrisorias de las tarifas emergentes de la mala gestión histórica de la ANDE y las malas negociaciones en las binacionales. Es bueno rememorar estas cifras para que Juan Pueblo sepa cómo nos humillan, nos manipulan y nos mienten con los famosos 1.250 millones de dólares adicionales que recibiríamos con el Acuerdo Santi-Lula.
Caso 2: Con los millones de US$ en pérdidas financieras ocasionadas a la ANDE bien pudo financiarse la construcción de 2 líneas de 500 KV desde la Subestación Yguazú, en Alto Paraná, hasta la Subestación Valenzuela del departamento de la Cordillera; además, la construcción de la línea de 220 KV desde la Subestación de Villa Hayes hasta Pozo Colorado, con tres Subestaciones intermediarias del trayecto de 500 km.; pero la miopía de nuestros “negociantes” impidió dicho progreso. Aún hay tiempo para corregir la tarifa inflada del acuerdo y suplantarlo con una buena negociación del Anexo C. Con esta tendencia en el año 2025 las pérdidas serían mayores. Un simple cálculo nos dice que equivale a la repotenciación de la línea de 220 KV desde la Subestación Carayaó-San Estanislao y desde la Subestación Carayaó hasta Coronel Oviedo. Así también, la repotenciación y ampliación del 100% de las Subestaciones del SIN-PY, y aún sobrarían recursos para substituir conductores desnudos por protegidos de alimentadores en 23 Kv, en miles de km. ¡Elemental mi querido Santi!
Caso 3: A veces, la impericia, la ignorancia o la visión cortoplacista de nuestros negociadores paraguayos nos salva de la desgracia. Este comentario deviene de un hecho anecdótico: en el año 2020 los consejeros paraguayos de IB determinaron como “nodo de frontera” (NF) o punto de interligación eléctrica entre los dos países, a la Subestación de la Margen Derecha de Itaipú (SEMD). Toda energía eléctrica generada en Paraguay y que no provenga de IB, por ejemplo, los 100 Mw de potencia de la Central Hidroeléctrica de Acaray (CHA), debería pasar por ese nodo.
En otras palabras, la energía que el presidente Peña desea vender a los industriales brasileños no posee conexión física entre la CHA y la SEMD. Existen dos probabilidades: o los “expertos”, directores y consejeros paraguayos desconocen este tema de interconexión física; o el discurso político inmediatista los traiciona frecuentemente. Por lo dicho, nos salvamos por algún tiempo de entregar nuestro preciado producto a precio de mandioca.
La libertad nos permite pensar en voz alta, sin más censura que nuestra conciencia y el temor a Dios. Nos permite aclarar conceptos, muchas veces masificados sin la luz de la verdad o, peor, disfrazados con medias verdades. También nos permite rectificar errores, defender ideas o, simplemente, resguardar nuestra dignidad, tantas veces manoseada por humanos egoísmos, rencores, envidias o coyunturas políticas circunstanciales. Nunca encontré agradable aquella normativa que bajo la expresión del “orden y el respeto”, cercena la libertad, castra el disenso e impide la socialización de la información. Cualquier código o artículo que atente contra los principios básicos del hombre, entre los cuales está la libertad, me huele a fascista y me hace recordar a la famosa Ley 209 del stronismo.
Un proyecto sin conexión
La energía que el presidente Peña desea vender a los industriales brasileños no posee conexión física entre la CHA y la SEMD.
Miopes negociadores
Pudo financiarse la construcción de líneas de 500 KV, de 220 KV, etc. pero no fue posible debido a la miopía de nuestros negociadores.
Sobrecosto: US$ 18/MWh
El entendimiento Santi-Lula elevó la tarifa de la entidad binacional a US$ 37,37/MWh, pese a que el costo real era de US$19,36/MWh
(*) Ing. Agrónomo, Electricista y Lic en Teología. Msc en Planificación y cursante en lenguas semíticas Universidad Hebrea de Jerusalén. Ex Superintendente de Energías Renovables de IBTexto
