1. Una de las propuestas básicas se relaciona con que el docente o capacitador pueda autoevaluarse y percibir si se encuentra en el estado emocional necesario para contagiar motivación. Para ello puede trabajar con una hoja de registro que le permita reflexionar antes de la clase:
- Materia o tema que daré.
- Motivos por los cuales este tema despierta mi interés.
- Mi nivel de motivación para dar esta clase es: 1-2-3-4-5- 6-7-8-9-10.
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- Resultado que obtendré en el corto, mediano y largo plazo con el nivel de motivación registrado.
- Estrategias que utilizaré para despertar el interés del grupo. Luego de este paso, la persona podrá tener consciencia del resultado de su clase y si podrá ser un motivador y líder. (Este tipo de reflexión puede realizarse también en otras situaciones).
2. Hacer cambios inesperados en las rutinas: realizar algo que sorprenda a los alumnos o grupo.
3.Organizar actividades sorpresa: visita de un personaje relacionado con el tema, leer un correo que envió alguien para el grupo, avisar que alguien vendrá a visitarnos.
4. Despertar el interés del grupo dándole la oportunidad de que exprese sus ideas, opine y argumente.
5. Desarrollar la imaginación: quienes participan podrán imaginar cómo aplicar el conocimiento con algo de la vida cotidiana.
6. Desarrollar modelos de encuestas y realizar experimentos.
7. Incentivar a que se relacione el tema con algo que conocen.
8. Hacer preguntas para que el cerebro se sienta desafiado a pensar.
9. Imaginar y armar juegos que involucren el tema tratado. El juego es un eficiente método de aprendizaje.
10. Plantear algunas actividades donde alcancen resultados rápidos y les permitan sentir que van por el buen camino. Esto los llevará a animarse a ir por más.
11. Plantear cuestiones, desafíos o problemas que sean reales y los lleven a relacionar lo que aprenden con aquello que les preocupa o apasiona.
12. Presentar con claridad dónde se planea llegar en el futuro inmediato con el primer paso dado, y dejarles vislumbrar las ventajas de alcanzar el siguiente.
13. Avisar que habrá una sorpresa al final de la clase, y durante la misma recordarlo haciendo que se sientan motivados a avanzar y conocerla lo antes posible.
14. Ir de a poco dándoles autonomía para que sean ellos quienes sorprendan a sus compañeros, docente o capacitador. Si docentes y capacitadores aprovechan el poder de la curiosidad en los estudiantes y los trabajadores el resultado en las aulas y salas de capacitación presentará claros y significativos cambios.
Como puedes observar, a medida que vamos avanzando en las clases y conocimientos, todo va cobrando forma y se va interrelacionando.
Fuente: CUDA, M. 2018. Neurociencia, didáctica y pedagogía. Aportes a la escuela de hoy. Ciudad autónoma de Buenos Aires.
