Más ideas con muslos de pollo

Si te gusta el pollo, seguramente que vas a coincidir con nosotros en que la parte más sabrosa es la pata y el muslo, porque no son tan secos como la pechuga ni tienen tantos huesitos como las alas. No hace falta que siempre lo cocinemos igual: al horno con ensalada o en guiso con arroz. Hoy vamos a aprender a prepararlo de muchas formas más.

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Seguramente en tu casa comen pollo varias veces por semana, porque además de ser una carne suave, con poca grasa y rica en nutrientes, es económica y se consigue en todos lados. Es muy saludable, sus nutrientes ayudan a proteger el sistema nervioso, así como el inmunológico, y a la reparación de los tejidos del cuerpo. Además, es una carne perfecta para aquellas personas que tienen algún tipo de problema digestivo o están cuidando su peso. 

A la hora de cocinar el pollo se puede escoger cualquiera de sus piezas, dependiendo de cómo lo vayamos a preparar. Sin embargo, los muslos son tan tiernos y sabrosos que suelen adaptarse bien a muchas elaboraciones.

Al horno

Los que nunca fallan son los muslos de pollo asados al horno con papas. ¡Deliciosos! Pero deshuesados y a la plancha, por ejemplo, también son riquísimos.

Antes que nada, lo primero que hay que hacer es limpiar bien la carne con abundante agua. Quitarles la grasa, las plumas (si son aves del campo) y la sangre que pudieran tener. Eso sí: no les saques la piel si los vas a asar, ya que esta es la que les da su sabor tan delicioso; además, la piel queda crujiente y tostada, y resulta muy sabrosa, o se puede retirar fácilmente si no la tenés permitida en la dieta.

Al cocinarlos al horno se recomienda hacerles unos cortes para que se cocinen de una forma más fácil y la carne junto al hueso no quede cruda. 

Antes de hornearlos podés condimentarlos con especias, hierbas, salsas o, simplemente, jugo de limón, para que el resultado sea aún mejor.

En guisos

Si tenés pensado hacer los muslos de pollo en un guiso, para prepararlos, lo adecuado es quitarles la piel. Con arroz, verduras, fideos o alguno de los nuevos cereales, como quinoa, cous cous y otros, quedan espectaculares.

¿Te animás a cocinar unos muslos de pollo a la cerveza? Lo que tiene de sorprendente esta receta lo tiene también de sencilla, ya que con solo unos pocos pasos la tendrás lista.

Lo primero es dorar los muslos con un poco de aceite de oliva en una cazuela o sartén profunda. Mientras se hacen, exprimí un limón y reservá el jugo. Cuando el pollo ya esté dorado, echale el jugo de limón por encima y añadí una pastilla de caldo de ave desmenuzada. Remové bien y regá con cerveza. Por último, ya solo queda tapar la cazuela, bajar el fuego al mínimo y dejar que el pollo se haga durante 40 min. Pasado este tiempo, ya se puede servir con un puré de papas, papas fritas o lo que se te ocurra.

Al limón

Otra apetitosa opción, sencillísima de elaborar e ideal para comidas especiales. Para cocinarlo, basta con limpiarlo y vaciarlo mientras se calienta el horno, e introducir en su interior un limón entero cortado en cuatro trozos y los condimentos que desees. Después, ya se puede hornear durante unos 40 min a 180 ºC y ¡listo!

Al curry

Es una receta de las más sabrosas y sorprendentes. Es una propuesta exótica, pero que no tiene más complicación que dorar el pollo en una cazuela con manteca y aceite, espolvorear con harina y una cucharada de curry. Después de removerlo se riega con un buen caldo de pollo durante algo más de 10 min y se sirve junto con un arroz con pasas de uva y almendras.

Rellenos

Esta opción requiere un poco más de experiencia para deshuesar los muslos, pero también se consiguen deshuesados en algunos supermercados. Se rellenan con lo que prefieras: verduras en juliana (cebollas, locotes, zanahorias, zuchinis, etc.), jamón y queso, cuatro quesos, carne molida, crema de choclo… Las opciones solo dependen de tu imaginación.

En bolsa

Las bolsas para cocinar son muy prácticas, porque en el sobre viene la bolsa y el condimento, que los hay de muy diversos tipos. Hay que agregar las presas de pollo y las verduras que quieras para acompañar: papa, zanahoria, cebolla, locote, tomate, etc. Se cierra la bolsa, se sacude bien para que todo se impregne con los condimentos y se lleva al horno unos 40 a 50 min, dependiendo del tamaño y la cantidad de las piezas. Si lo deseás, unos 5 a 10 min antes de terminar la cocción, podés abrir la bolsa (que se habrá inflado completamente) con una tijera y dejar que se doren las presas. La carne queda muy tierna y sabrosa.

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