Perspectiva externa

James Garbarino ha escrito 26 libros que hablan sobre la reinserción del interno, todos fruto de su contacto directo con internos. Además es profesor en una prestigiosa universidad de Chicago, Estados Unidos, y vino invitado por el pastor Jonathan Beachy, quien es uno de los fundadores de los pabellones de reinserción que se crearon dentro de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. El objetivo de la visita fue el de conocer el sistema que se implementó en la cárcel para rehabilitar a los presos.

“Vine para visitar el programa de reinserción que tienen en la cárcel de Tacumbú y que es un modelo de transformación y cambio del interno. Fui invitado por el pastor Beachy, quien leyó uno de mis libros “Los chicos perdidos” que fue editado en 1999 y que habla de un programa de rehabilitación”, explicó James Garbarino.

“Estuve dos veces en la cárcel de Tacumbú y vi condiciones que me asustaron, pero cuando llegamos a la parte que está en el programa de rehabilitación, vi todo lo que hacían y fue milagrosamente bueno. Ahí se cumplió eso que uno primero tiene que pasar por el infierno, para luego ver el oasis”, señaló.

Modelo a ser imitado

El visitante dijo que las personas creen que esos modelos de reinserción de los presos solo se ven por Europa o países muy desarrollados, pero aseguró que no es así, que él ya recorrió muchos países y que lo que encontró en Paraguay es un modelo que tienen todos los componentes que llevan al éxito y que debe ser imitado por otros sistemas penitenciarios.

“Lo que vi acá tiene tres componentes principales para rehabilitar al interno y que llevan al éxito. Tienen compasión, atención y actividades organizadas, entre las que están la educación y el desarrollo espiritual que es el tercer componente. Hay muchos presos que tienen desesperanza y están vacíos por dentro y este programa veo que busca ayudar en lo espiritual y lo mental, para que ellos se sientan seguros de sí mismos y de ahí comienzan a dar pasos firmes para una rehabilitación”, apuntó el visitante.

“En las cárceles siempre hay muchos hechos de violencia. Hay altos grados de homicidios y suicidios, en este programa de transformación que implementaron en la cárcel de Tacumbú, veo que han eliminado casi por completo estos dos hechos y eso demuestra el éxito que lograron con sus diferentes programas y su correcta aplicación”, refirió Garbarino.

“Yo creo que el programa que se desarrolló en la cárcel de Tacumbú contiene los elementos que traen el éxito. ¿No con todos los presos se tiene éxito, hay excepciones? La respuesta es, sí las hay. Existen personas que ya están muy dañadas (espiritualmente y mentalmente) y ya no pueden aprovechar los beneficios que les puede ofrecer un programa de rehabilitación, pero la mayoría de los internos sí logran salir de la delincuencia con estos programas”, señaló el profesor James Garbarino.

Reunión con jueces 

Garbarino, en su paso por Paraguay, aparte de visitar la cárcel de Tacumbú, también mantuvo una extensa reunión con los jueces de Ejecución, con los que dialogó sobre el sistema de reinserción, para recabar datos y también aportó su vivencia como psicólogo que trató a muchos internos.

“Hablamos con los jueces, para iniciar diálogos que nos ayuden a enfrentar la realidad de abandono y abusos que sufren los presos y buscar que se sane a las personas, no solo apuntar al encierro y castigo. Pensar siempre en el ser humano como tal y prepararlo para cuando tenga que salir de prisión, para que no vuelva a reincidir”, dijo James Garbarino.

Finalmente, el visitante señaló que hay un deseo de profundizar sus conocimientos de reinserción social con jueces, fiscales y otras personas, para lo cual están viendo la posibilidad de hacer el próximo año un seminario en Paraguay, apuntando a estos ítems. Indicó que está viendo la posibilidad de conseguir un apoyo económico, para lograr ese objetivo. La intención es hacer saber a todos que el delincuente bien encaminado puede volver a ser útil a la sociedad.

Cárceles duras en Estados Unidos 

En los Estados Unidos las cárceles son muy duras, a decir de James Garbarino; no tienen un sistema de reinserción para el interno. Si bien en sus fachadas ponen que se busca la rehabilitación del preso, la realidad es muy diferente. La gran mayoría de los presidios son muy violentos y no hay un plan a futuro para los reos cuando cumplan con sus condenas.

Una segunda oportunidad 

Hace 5 años la Corte de los Estados Unidos decretó que los menores de edad que cometen homicidios no pueden ser condenados a cadena perpetua. Hay muchos casos de adolescentes de 15 años que mataron y cumplieron sus penas, luego salieron y 20 años después son ciudadanos comunes, dijo James Garbarino, quien dice que el preso debe tener una segunda oportunidad.

victor.franco@abc.com.py