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La Municipalidad de Hernandarias, bajo gestión del intendente Nelson Cano Ozuna (ANR, cartista), se encuentra todo el tiempo sin fondos suficientes para cubrir sus gastos operativos. Pese a la época de alta recaudación, arrastra varios meses de retraso en el pago de salarios a funcionarios.
La concejala Nilda Venialgo (ANR, disidente) denunció que los ediles dejaron de percibir sus dietas hace dos meses, mientras que la situación de los funcionarios está más crítica debido a que acumulan hasta cuatro meses de atraso.
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El atraso en el pago de salarios en el primer semestre del año es inusual hasta en las municipalidades administradas con desprolija previsión presupuestaria, que generalmente enfrentan déficit de caja en los últimos meses del ejercicio anual.
“Bicicleteando” los fondos
Los primeros meses del año son considerados como la época de la bonanza en las comunas, debido a la alta recaudación. ¿Por qué entonces en Hernandarias no se cuenta con fondos para pago de salario?
Parte de la recaudación de 2024 de la Municipalidad de Hernandarias fue destinada para saldar salarios atrasados de 2023. Es decir, la administración del intendente cartista “bicicletea” los fondos municipales.
A finales de 2023, el intendente intentó sin éxito obtener un préstamo bancario de G. 1.500 millones para pago de aguinaldo. Ante el frustrado plan de empréstito, recurrió a grandes contribuyentes de la ciudad para adelantar el pago de sus tributos para juntar el dinero para el aguinaldo.
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La Municipalidad de Hernandarias es uno de los entes municipales que más ha recurrido a préstamos bancarios para cubrir gastos corrientes en los últimos años. En la gestión de Cano Ozuna los empréstitos ya ascendieron a G. 11.000 millones.
Cuestionado pago de indemnización
El déficit de caja en Hernandarias se “eternizó” desde que el intendente había pagado G. 3.900 millones (proveniente de un préstamo) en 2022 a una iglesia en concepto de indemnización por un inmueble de 1.075 m2 donde fue construido el polideportivo municipal.
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Según una denuncia presentada por los ediles disidentes en la Fiscalía, el pago de la millonaria indemnización sería un negociado, al alegar que la mayor porción del inmueble en realidad ya formaba parte del patrimonio de la Municipalidad, mientras que a la iglesia evangélica solo pertenecían 100 m2.
Casualmente el pago de la cuestionada indemnización se dio en la misma época en que Nelson “Kpeto” Cano Aguayo, hijo del intendente, derrochaba recursos en su campaña electoral como candidato a diputado.
Intentamos comunicarnos vía telefónica con el intendente Cano, pero no tuvimos retorno. No obstante, nuestra redacción está abierta para conocer su versión.