Familias de asesinados en Argentina creen que caso Báez es un antes y después

ARGENTINA. Multitud de personas, muchas allegadas a víctimas de homicidios en Argentina, se congregaron este lunes ante las puertas de los tribunales de la ciudad bonaerense de Dolores para aguardar el veredicto por el homicidio del joven Fernando Báez Sosa, asesinado por una paliza en 2020, y acompañar a su familia.

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JUAN IGNACIO RONCORONI

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“Estamos aquí en Dolores para acompañar y pedir justicia por Fernando, pertenecemos a una mesa federal de organizaciones y víctimas de todos los delitos”, cuenta a EFE Norma Beatriz, madre de Carla, una adolescente que hace 18 años murió atropellada por un camión. “Yo conseguí justicia después de 5 años”, agrega.

Convencida de que, con el veredicto de hoy -por el que se condenó a cadena perpetua a 5 jóvenes y a 15 años de prisión a otros 3- “se ha hecho justicia”, remarca que ahora el proceso seguirá porque la familia de la víctima apeló e irá a una cámara de casación para que todos los condenados reciban la más alta pena.

“Yo creo que es un antecedente que va a quedar, un antecedente muy importante, nosotros necesitamos que los asesinos paguen sus culpas, en nuestro país necesitamos eso”, afirma Norma Beatriz.

Un tribunal de Dolores condenó a los ocho jóvenes -amigos y jugadores de rugby- por la paliza mortal que le propinaron, a la salida de una discoteca, en enero de 2020, en la ciudad costera de Villa Gesell a Fernando Báez Sosa, otro joven de 18 años.

“Es muy emocionante escuchar que se haya condenado (a perpetua) a cinco. Deberían ser los ocho porque los ocho lo mataron”, indica a EFE Ramón, el abuelo de Lucio Dupuy, un niño de 5 años asesinado por su madre y la novia de esta en 2021 en la provincia de La Pampa, otro de los casos que conmovió en los últimos tiempos a la sociedad argentina.

El hombre deseó que "ojalá esta justicia se traslade a la Pampa y haga justicia con las dos asesinas" de su nieto, pues si bien ya fueron consideradas culpables, aún no se conoce la pena exacta.

EL MIEDO DE “TODO PADRE”

“No es una condena justa porque deberían tener perpetua los ocho”, señala Rubén, un vecino de la ciudad de Pinamar -a 150 kilómetros de Dolores- que, al igual que tantos grupos de personas, llegaron para mostrar su solidaridad.

Soledad, una de sus acompañantes, calificó de agridulce la sentencia, al considerar que todos merecían la misma pena: “Somos padres, tenemos hijos adolescentes y es un miedo de todo padre, y pedíamos justicia por esos padres. Aunque el hijo no se lo devuelven más, pero aunque sea que los responsables paguen como corresponde”.

El crimen de Báez Sosa -uno de los que más alarma social ha generado en el país en los últimos años- conmocionó a Argentina por la violencia con la que se cometió, según pudo verse en imágenes grabadas con teléfonos móviles, y por el simbolismo que desprende al ser los agresores jóvenes jugadores de rugby, de un alto nivel social, y la víctima hijo de inmigrantes paraguayos.

Carmen, que llegó a Dolores junto a otra decena de mujeres de diferentes procedencias del país, pidió, antes de conocerse el veredicto, que esa condena fuera “ejemplar” para que nunca más se mate a nadie.

“En 2014 también mataron a mi sobrino en Tucumán. Y no quiero que pase nunca más. Porque es algo que te desgarra el corazón. Fernando es como un hijo, un sobrino, todos tenemos miedo de que salgan y los maten”, señaló.

Aunque el asesinato de Báez Sosa tuvo lugar en Villa Gesell, a casi 200 kilómetros de distancia, Dolores ha sido el escenario del juicio por ser sede de los tribunales con competencia en la zona.

Desde que empezó el juicio, innumerables han sido las muestras de cariño de vecinos de la ciudad hacia la familia de Fernando, exigiendo justicia. Este lunes se reforzó el dispositivo de seguridad en los alrededores de los tribunales, con vallas que acabaron forradas de fotos y mensajes de cariño hacia el joven asesinado.

“Necesitamos justicia en este país, que nunca la hubo, nunca la hubo. Fernando vino a que esa Justicia se cumpla, hubo muchos Fernandos anteriormente que no tuvieron esta posibilidad de tener los medios. Va a haber un antes y un después del caso Fernando”, explica Mariana en un bar cercano a los juzgados.

“Lo mismo con el caso de Lucio Dupuy. Fueron los dos casos que vinieron a marcar historia en la República Argentina”, subraya.

Y remarca: “Queremos que nuestros hijos salgan a la calle y puedan disfrutar de un boliche, de una salida con amigos como cualquier chico normal, y acá lamentablemente en Argentina eso no se podía. Yo creo que ahora sí”.

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