Alerta de arena caliente: lo que todo dueño de mascota debe saber antes de ir a la playa

Perro en la arena.
Perro en la arena.Shutterstock

Con la llegada del calor, las playas se llenan de sombrillas, conservadoras y también de perros que acompañan a sus dueños. Pero mientras muchos se preocupan por el sol o las corrientes, un enemigo silencioso suele pasar desapercibido: la arena caliente.

La arena puede quemar… y mucho

Aunque la brisa marina dé cierta sensación de frescor, la arena seca puede alcanzar temperaturas muy superiores a las del aire. En días de intenso sol, no es raro que la superficie de la arena ronde los 50–60 ºC, suficientes para provocar quemaduras de primer y segundo grado en las almohadillas de los animales.

Perro en la arena.
Perro en la arena.

“Las almohadillas no son zapatos. Protegen, sí, pero no están diseñadas para soportar varios minutos sobre superficies a esas temperaturas”, explica la veterinaria clínica Ana López, con experiencia en urgencias de pequeños animales. “Cada verano vemos perros cojeando, con ampollas o con las almohadillas agrietadas tras un simple paseo por la playa”.

Los perros pequeños, los de pelo oscuro y los cachorros se ven especialmente afectados, pero ningún animal está exento de riesgo.

Los gatos que acompañan a sus dueños a segundas residencias en zonas costeras y salen a terrazas o zonas de arena también pueden sufrir lesiones similares.

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Cómo saber si la arena está demasiado caliente

Los veterinarios recomiendan una regla sencilla: si una persona no aguanta la temperatura, un animal tampoco debería hacerlo.

Perro en la arena.
Perro en la arena.

La prueba más extendida es colocar el dorso de la mano o el antebrazo sobre la arena durante 5 a 7 segundos. Si quema o resulta muy incómodo mantener el contacto, no es seguro para las patas de un perro.

“No basta con caminar rápidamente o con chanclas y pensar que ‘no está tan mal’. El animal va descalzo, sin posibilidad de protegerse ni de decidir por dónde pisar”, señala López.

Incluso la arena húmeda cercana a la orilla puede recalentarse en horas centrales del día, sobre todo si no hay viento o la marea baja deja extensas superficies expuestas al sol.

Señales de alerta en las almohadillas

Las quemaduras en las almohadillas a veces pasan desapercibidas al principio. Muchos perros siguen jugando por excitación o nerviosismo, aunque sientan dolor.

Perro en la arena.
Perro en la arena.

Los signos más frecuentes son:

  • Cojera repentina o negativa a seguir caminando.
  • Lamido insistente de las patas.
  • Enrojecimiento, grietas o piel levantada en las almohadillas.
  • Ampollas, sangrado o zonas blanquecinas o grisáceas (tejido dañado).

Ante cualquiera de estos síntomas, los expertos recomiendan retirar al animal de la superficie caliente, enfriar suavemente la zona con agua fresca (no helada) y acudir a un centro veterinario, evitando aplicar cremas o remedios caseros sin supervisión profesional.

Más allá de las quemaduras: otros riesgos del calor en la playa

La arena caliente es solo una de las amenazas asociadas a las altas temperaturas. El golpe de calor sigue siendo una de las urgencias estivales más graves en perros y gatos.

Perro en la arena.
Perro en la arena.
  • Sobrecalentamiento general: jugar bajo el sol, sin sombra ni agua suficiente, puede elevar la temperatura corporal del animal por encima de los 40 ºC, con riesgo de fallo multiorgánico. Razas braquicéfalas (como bulldogs, carlinos o bóxers), perros ancianos u obesos son especialmente vulnerables.
  • Deshidratación y golpes de calor en coches aparcados: incluso en zonas costeras, dejar a un perro en el coche, aunque sea “solo un momento”, puede resultar fatal.
  • Sal y arena en ojos y oídos: la combinación de viento y arena fina puede irritar la conjuntiva y el canal auditivo, favoreciendo infecciones.
  • Ingesta de agua de mar: beber grandes cantidades puede provocar diarreas, vómitos y alteraciones electrolíticas.

Cómo proteger a tu mascota en la playa

Las organizaciones veterinarias coinciden en una serie de recomendaciones prácticas para disfrutar de la costa con seguridad:

  1. Elegir bien el horario
  2. Revisar la superficie antes de caminar
  3. Ofrecer sombra y agua fresca
  4. Proteger las almohadillas cuando sea necesario
  5. Observar el comportamiento del animal

Normativa y convivencia: no todas las playas son “pet friendly”

Además de las consideraciones sanitarias, es importante recordar que cada municipio establece su propia normativa sobre la presencia de animales en las playas. Muchas zonas prohíben o restringen el acceso de perros durante la temporada alta, mientras que otras habilitan tramos específicos.

Respetar las normas locales, recoger los excrementos y mantener el control del animal —especialmente en presencia de niños o de otras mascotas— forma parte de una convivencia responsable.

“La playa puede ser un entorno maravilloso para un perro, siempre que se respeten las normas y se tomen precauciones frente al calor”, concluye la veterinaria Ana López. “Prevenir es mucho más sencillo —y menos doloroso— que curar una quemadura o un golpe de calor”.