En muchos casos ayuda no tener en el mismo lugar el comedero y el bebeder porque hay animales a los que no les gusta comer y beber a la vez, sino que prefieren ir a buscar agua después de haber comido.

Aún es mejor si pueden disponer de diversas opciones para beber, es decir: es bueno repartir varios bebederos por la casa o el apartamento.

Y en caso de que el animal no quiera aún así beber, muchas veces lo hace cuando dispone de agua corriente, por lo que se recomienda probar a abrirla delante de él en la cocina o en la ducha, por ejemplo.

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La regla general es que un gato necesita entre 50 y 60 mililitros de agua al día por cada kilo de peso. En el caso de animales mayores y de altas temperaturas, esa cantidad debe ser mayor.