Bares de Zagreb ofrecen bebidas pero también amistad con animales

Siete felinos domésticos, adoptados desde un refugio de animales abandonados, viven en el llamado “Cat Café” (Café de Gatos) de Zagreb, el primero de su tipo en esta capital, que ofrece a sus clientes algo más que bebidas: la posibilidad de socializar con los gatos, conocerlos y aprender cómo tratarlos.

“Mucha gente quiere a los animales, pero no todos pueden tener sus propios animales favoritos en casa”, explicó a Efe el propietario de “Cat Cafe”, Domagoj Garvan.

“Adoramos a los animales. Desde hace mucho en mi familia tenemos gatos en casa”, explica el empresario y añade que después de ver un café similar en Liubliana decidió abrir -hace apenas un mes- en Zagreb un local propio dedicado a los gatos.

Todo está enfocado en los gatos en este lugar. En el menú, por ejemplo, se ofrece el “Cat-purr-chino”, en lugar del clásico “Capuchino”, o el Meowchiato, en lugar del “Caffè macchiato”, tan popular en los Balcanes.

Los visitantes están invitados a pasar su tiempo con los gatos, claro, si y cuando que el interés sea mutuo.

“La gente también aprende aquí que se trata de animales con los que no puedes forzar la amistad. Los gatos hacen los que ellos quieren”, explica Garvan, quien asegura que ya cuenta con una clientela fija de varias decenas de personas.

Para mejorar la convivencia, en las mesas del Cat Café se encuentran folletos impresos con una especie de “protocolo y etiqueta” sobre cómo tratar a los felinos.

“Yo ya gatos que conozco muy bien. He tenido durante años uno en casa, pero ya ha muerto”, explica a Efe una mujer de avanzada edad que, según asegura, viene casi todos los días a este local para tomar té y pasar un rato con los gatos.

Además de inspirar el respeto y amor por los felinos, el “Cat Café” promueve también la adopción de gatos abandonados, cuenta el propietario de la cafetería con orgullo.

Pero el Cat Café no es el único café de Zagreb dominado por los animales. La cervecería “Svijet piva” ("El mundo de la cerveza", en croata), situada también en el centro de la capital, tiene otro tipo de estrella animal, el loro Jack, de especie Ara.

El colorido pájaro sudamericano tiene tres años y medio, y su esperanza de vida de varias décadas.

Jack saluda a los que entran y salen con el tradicional “Bok” (Hola) y se divierte a si mismo y a los visitantes pasando rato en los hombros de la gente, examinando los pendientes o brazaletes de las mujeres, o haciendo pedazos las cuentas impresas sobre papel todavía no pagadas.

El hermoso pájaro es experto en abrir las botellas de cerveza con su poderoso pico, quitándoles las tapas con extraordinaria habilidad, por diversión de los clientes, que según jura uno de ellos, “a veces bebemos más, solo para poder ver al pájaro como abre las botellas”.