El religioso indicó, en una celebración realizada en la fecha en honor a San Antonio de Padua en la ciudad homónima, que el pueblo está en la obligación de desenraizar el mal moral que destruye el crecimiento de la verdadera libertad, la justicia, de la solidaridad y de la paz, que son los valores del Reino de Dios.
“El Evangelio está para liberarnos del pecado y todo mal, uno de los cuales es la corrupción, lamentablemente esta corrupción que sabemos hasta en tiempo de la pandemia se da, hay personas con ambiciones y buscan sacar ventajas y ganancias monetarias a través de los insumos”, expresó el obispo.
Indicó que todo el pueblo está llamado a hacer gestos de solidaridad, en especial en este tiempo de la emergencia sanitaria en el cual la gente recurre a los comedores comunitarios y se hacen ollas populares para compartir con los más necesitados.
El prelado pidió a los feligreses ser más responsables y evitar contagiarse y contagiar a los demás, que es un crimen descuidar las obligaciones sanitarias el hecho de llevar el virus a la casa.
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“Debemos ser responsables, porque es un crimen descuidar esto y llevar la muerte en los hogares, ya no podemos ser irresponsables, así como ocurrió en algunos distritos del país y que ha obligado a retroceder en las fases”, expresó el obispo.
Finalmente, instó a practicar las obras de misericordia en este tiempo de pandemia de COVID-19, que afecta a todo el mundo y luchar contra la corrupción que está matando a nuestro país, al tiempo de recordar la vida sagrada que llevó San Antonio de Padua.
Tras la celebración eucarística, se realizó la procesión de la imagen y el Santísimo por las principales avenidas de la ciudad. Debido a que se suspendió la procesión náutica, la caravana llegó hasta la ribera del río Paraguay.
La imagen fue llevada en un carro de los bomberos voluntarios y los fieles acompañaron la procesión con sus respectivos vehículos, respetando las medidas sanitarias y otros saludaban el paso del santo desde sus casas.