Monseñor Ricardo Valenzuela inició su homilía resaltando que la gente actualmente actúa como si fuera que “nunca vamos a morirnos”. Dijo que “en estos tiempos nos olvidamos de pensar que un día la muerte va a venir a buscarnos”. Cometemos injusticias, “como si fuera que nunca vamos a morir”.
Señaló que los hombres y mujeres siempre deben tener presente a Dios, pues Él nos da la fortaleza que necesitamos para enfrentar las adversidades de la vida.
Indicó que nuestro Dios nos brinda paz cuando le pedimos ayuda. “Nos arrodillamos y le pedimos a nuestro Señor que nos ayude, lo llamamos, Él nos escucha y lo que nosotros no percibimos es que está con nosotros en todo momento”, dijo.
El obispo resaltó que no hay que olvidar que somos ricos al gozar de buena salud, poder caminar, ver la luz del día. Agregó que todo es cuestión de ser positivos para hacer las cosas bien en este mundo.
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“Hay que vivir con amor y honrar a nuestro Señor, valorar más la vida y todo lo que está a nuestro alrededor”, expresó el obispo.
Mencionó que Jesús afirma que nuestra peregrinación va de la vida plena a la vida eterna. “Nosotros estamos en camino de una peregrinación; atrás tenemos a la muerte, y adelante tenemos a Dios, porque la eternidad es la que ilumina y da esperanza a la vida terrenal”, refirió.
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En otro momento de su homilía también se refirió a las bodas y mencionó que cuando las uniones son reales “se siente esa alegría, se siente ese regalo de Dios y eso es algo que nos llena el corazón de felicidad”.
Así también, mencionó que muchas veces nos perdemos de las cosas bonitas de la vida, nos olvidamos de disfrutar de los momentos por estar pendientes del celular. Dijo que “hoy los cristianos no levantan la mirada, llevan el celular en todas partes: en la parada, en el trabajo, en las escuelas, incluso a la misa”.
“Estamos sumergidos en las cosas inmediatas y eso nos impide levantar la cabeza hacia arriba, y por esa razón no nos atrevemos a esperar mucho de nadie. No olvidemos que nuestro Dios solo quiere una vida dichosa y plena para todos y para todas, por eso, con fe humilde debemos rezar y confiar, porque Él nunca nos defraudará”, dijo el obispo.
Al finalizar su homilía monseñor Valenzuela instó a la ciudadanía a asumir el compromiso de censarse, y dijo: “El día del Censo Nacional es un compromiso en el cual no debemos faltar, así como Jesús también fue censado en su tiempo en Belén, nosotros también debemos hacerlo”.
Concurrida presencia de fieles
Al finalizar la santa misa se pudo visualizar una gran concurrencia de fieles y visitantes que llegan al santuario de diferentes ciudades con sus familias para ser bendecidos. La Villa Serrana ya siente un ambiente más movido por la festividad mariana que se aproxima, pues en estos días ya se ha registrado una llamativa asistencia de visitantes que llegan junto a la Virgen de Caacupé.
Al término de la santa misa, muchos aprovechan para hacer sus paseos por la ciudad y otros compran productos que se pueden observar en los alrededores de la basílica.
El buen tiempo permite que los visitantes disfruten de su estadía en la capital espiritual y se estima que en los próximos días aumentará el volumen de personas en la localidad. Al respecto, los comerciantes se muestran muy contentos, pues a raíz de la cantidad de gente que se recibe, las ventas están mejorando; eso motiva y da esperanza a los vendedores de la ciudad de Caacupé.