La ciudad de Caacupé, en el departamento de Cordillera, recibe a millones de devotos de la Virgen Serrana cada año en esta época; sin embargo, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones no previó esta situación y ahora la integridad de los peregrinos podría estar en peligro.
Los fieles de la Virgencita Azul en su mayoría llegan caminando hasta la Basílica, especialmente el 7 y 8 de diciembre, para la misa principal, luego se regresa en masa antes del mediodía, por lo que los caminos deben estar en condiciones para evitar percances de todo tipo.
Este año, el MOPC realiza trabajos de ensanchamiento de la ruta PY02, que no se previó culminar para esta fecha, dejando un gran margen de terreno inapropiado para caminar al costado de la ruta, lo que obligará a los peregrinos a caminar entre los vehículos que circulan normalmente.
Por su parte, Juan Villalba, presidente de la Central Obrera y Transporte del Paraguay, aseguró que “los peregrinantes van a correr riesgos”.
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Calificó al MOPC de irresponsable y lamentó que no haya previsto algo que sabía que iba a pasar en este fecha, ya que no es ajeno a nadie que cada 8 de diciembre millones de paraguayos van hasta Caacupé para pagar sus promesas o agradecer a la Virgen Serrana.
“No estamos de acuerdo en la forma que están haciendo. La gente del MOPC debería haber evitado eso”, sentenció.
Semáforo en el cruce Pedrozo
Otro de los cuestionamientos al MOPC es la colocación de un semáforo al pie del cerro, en el cruce Pedrozo, lugar donde se registran varios accidentes por año, en especial en estas fechas.
Villalba alegó que no se puede tener un semáforo en ese lugar, ya que un camión de gran porte no podría frenar en caso de algún desperfecto y podría ocasionar un grave accidente, porque circula a gran velocidad y “de bajada”.
Agregó que probablemente ese semáforo ayude a los pobladores de la zona; sin embargo, aseguró que también los pone en peligro, al igual que a cualquier conductor que se encuentre esperando estacionado.
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Eliminaron la parada en el retorno Atyrá
En el kilómetro 48, también conocido como Kuruzu Peregrino, el bus que va a la ciudad de Atyrá debe realizar un giro de retorno para ir a su destino.
En ese lugar estaba instalada una parada de autobús, muy utilizada en esta fecha por los peregrinos que caminaban desde ese punto hasta la Basílica.
La parada fue eliminada y el pasajero debe bajar a una distancia de dos kilómetros de Kurusú Peregrino (yendo hacia Atyrá) o bajar en medio de la ruta, exponiéndose a los peligros que eso implica, según manifestó Villalba.