El que va al cónclave es para ser Papa

El cardenal de Paraguay, Adalberto Martínez, oficia una misa en honor al papa Francisco este lunes en la Catedral Metropolitana en Asunción.
El cardenal de Paraguay, Adalberto Martínez, oficia una misa en honor al papa Francisco este lunes en la Catedral Metropolitana en Asunción.Juan Pablo Pino

“El que entra Papa al cónclave sale cardenal”, pero así también el que “va de su país al cónclave puede ser que no regrese cardenal”. Estas dos afirmaciones no están lejos de la realidad la hora de eligir a un Sumo Pontífice.

El mundo católico y quienes tienen como referentes al Papa, aunque no profesen el cristianismo, están pendientes de la elección del nuevo sucesor de Pedro.

El “Habemus papam” impactará a nivel mundial y será la gran noticia en mayo, en el mes de María.

El papa Francisco durante su visita a Filipinas, de donde saldría su sucesor.
El papa Francisco durante su visita a Filipinas, de donde saldría su sucesor.

En esta ocasión, el cónclave contará con la participación del primer paraguayo nacido en estas tierras y otro purpurado que optó por la nacionalidad paraguaya. Se trata de los cardenales Adalberto Martínez Flores y Cristóbal López Romero.

Ambos purpurados estarán en el cónclave y, de ser elegido uno de ellos, quedará y ya no será quien decida sus pasos, sino la rigurosa orientación que impone la Santa Sede para el sucesor de Pedro.

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Los medios de prensa y analistas ya hablan de los candidatos a suceder a Francisco, y se puede dar dos escenarios: la anécdota del cardenal que entra Papa y sale de nuevo cardenal, o la premisa del cardenal que va de su país, entra al conclave y sale Papa, y que si algún día quiere volver a su patria, ya será la Santa Sede la que decida su visita como pastor de la Iglesia universal.

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Los cardenales Adalberto Martínez Flores y Cristóbal López viajarán a Roma para participar del Cónclave.
Los cardenales Adalberto Martínez Flores y Cristóbal López viajarán a Roma para participar del Cónclave.

En los dos casos se dieron excepciones. Joseph Ratzinger, por ejemplo, entró cardenal papable y salió Benedicto XVI. En el otro caso, del que va de su país cardenal y sale Papa, se dio con Mario Jorge Bergoglio, que salió del cónclave como Francisco y nunca más volvió a su natal Argentina.

Los más de 120 cardenales que participarán del cónclave son potenciales papas. Por más humildes que se presenten, si son elegidos, están llamados a asumir la responsabilidad y no ser “cobardes” y huir del privilegio de ser el sucesor de Pedro. Si no quiere ser Papa, suceder en la responsabilidad a Pedro de gobernar la Iglesia, no debería ni siquiera ir a Roma.

Los cardenales saben perfectamente a qué van; es más, cuando son convocados para participar del cónclave, en el corazón de cada uno ya debe estar el nombre que adoptarán en el caso de que sean elegidos.

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Qué hacen estos días los cardenales

Desde ayer empezaron a llegar a Roma y se alojan en Casa Santa Marta, que -en términos de la gente- es un hotel cinco estrellas que está dentro del Estado Vaticano.

De allí cada tanto, y en grupos, participarán de los responsos y todos juntos de la misa exequial o funeral, que sería el sábado. Se estima que el cónclave comenzaría el 5 de mayo.

Qué hacen antes del cónclave

Una vez en Roma, los cardenales se reúnen para analizar la situación de la Iglesia, identificar los problemas que la aquejan y a la humanidad. A partir de este momento, ellos están incomunicados sin acceso a teléfonos celulares ni internet.

Luego se estudian las líneas pastorales y se busca entre los participantes al purpurado que podría llevar adelante la pastoral que responda a los signos de los tiempos.

Es cierto, se realizan contactos, negociaciones internas para congeniar criterios para elegir al Papa ideal. Se abren frentes y en esa “interna” siempre aparecen los referentes. Dicen que cuando Bergoglio fue elegido el que “trabajó” por el mismo fue el querido, apreciado y respetado cardenal de Sao Paulo, Claudio Humes.

Una vez radiografiada la Iglesia y qué se pretende para los próximos años, los cardenales entran en cónclave (bajo llave); se reúnen y están así hasta que salga humo blanco y que el cardenal proto diácono salga al balcón para decir: “Annuntio vobis gaudium mágnum: Habemus Papam (les anuncio una gran noticia: tenemos Papa)”.

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Si se reúne los votos necesarios en la primera votación, ya puede salir el elegido. En cada encuentro rezan por la iluminación divina del Espíritu Santo. Si no sale en el primer encuentro del cónclave, se recurre a una segunda votación.

El mundo está expectante de la gran noticia que retumbará en los medios de prensa. La humanidad espera que sea un hombre de Dios y que sea luz para el mundo.