Artesanas de Tobatí celebran la inclusión del ñai’ũpo en la lista de la UNESCO

La artesana del ñai’ũpo, Mirian Esquivel, se mostró profundamente entusiasmada con el reconocimiento de la Unesco.
La artesana del ñai’ũpo, Mirian Esquivel, expresó entusiasmo con el reconocimiento de la UNESCO.Faustina Agüero

La tradicional cerámica en barro negro fue incorporada a la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere Medidas Urgentes de Salvaguardia. El reconocimiento es celebrado por las artesanas de Tobatí, quienes están esperanzadas en que esto impulsará a las comunidades a redoblar esfuerzos para mantener viva esta expresión ancestral.

Paraguay logró que el arte del ñai’ũpo, la emblemática cerámica en barro negro trabajada por generaciones en Tobatí, sea inscripto en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere Medidas Urgentes de Salvaguardia de la UNESCO. La decisión representa un importante reconocimiento a nivel global, pero también un compromiso concreto para evitar la desaparición de esta técnica ancestral, que hoy atraviesa un momento de fragilidad.

En la compañía 21 de Julio de la ciudad de Tobatí, donde se concentra una de las comunidades artesanas más representativas, el anuncio fue festejado con mucha emoción. Las artesanas destacaron que este paso permitirá dar mayor visibilidad al oficio y fortalecer la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones, un desafío que preocupa desde hace años ante la disminución de personas que aprenden el proceso tradicional.

Una de las figuras emblemáticas de esta comunidad es Teodosia Giménez, artesana con más de 30 años de trayectoria en el ñai’ũpo. Aprendió el oficio de su madre y desde joven se dedicó por completo a la cerámica en barro negro, preservando cada técnica heredada y enseñando a decenas de niños y jóvenes del barrio.

“Es un trabajo duro, pero es lo que somos. Ojalá que más jóvenes se animen a aprender, porque el ñai’ũpo es nuestra herencia”, expresó.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Doña Teodosia, a sus 70 años, sigue trabajando con la misma dedicación de siempre.
Doña Teodosia, a sus 70 años, sigue trabajando con la misma dedicación de siempre.

“Para nosotras es un orgullo enorme. El ñai’ũpo es parte de nuestra vida y de nuestra identidad. Este reconocimiento nos anima a seguir y a enseñar a los jóvenes para que no se pierda”, señaló también Mirian Esquivel (38), hija de doña Teodosia, quien además manifestó preocupación por la falta de accesibilidad a la materia prima.

Explicó que la arcilla que utilizan se encuentra en una cantera del barrio Potrero Polí, actualmente en proceso de privatización.

“La gente del lugar solo permite que compremos una cantidad limitada de barro. Eso nos preocupa mucho, porque sin materia prima no podemos seguir trabajando”, lamentó.

Las artesanas de la Compañía 21 de Julio trabajan con orgullo, manteniendo viva su tradición.
Las artesanas de la compañía 21 de Julio trabajan con orgullo, manteniendo viva su tradición.
Mirian realiza la cocción de sus obras en un tradicional tatakuá.
Mirian realiza la cocción de sus obras en un tradicional tatakua.

¿Cómo se trabaja el ñai’ũpo?

El ñai’ũpo es una de las técnicas cerámicas más antiguas de Tobatí y su elaboración requiere paciencia, precisión y conocimientos transmitidos de generación en generación. El proceso se inicia con la recolección del barro especial en canteras naturales, que luego es filtrado, golpeado y amasado hasta lograr una masa homogénea.

Cada pieza se modela completamente a mano, un trabajo que puede durar horas o días según el tamaño. Antes de la cocción, las piezas deben secarse entre uno y tres días para evitar grietas.

Posteriormente, son colocadas en un fogón artesanal, donde la cocción suele durar entre una hora y media y dos horas. Para obtener el característico color negro, las artesanas cubren las piezas con hojas secas y aserrín durante la fase final, logrando el ahumado que distingue al ñai’ũpo.

El ingreso a la lista de salvaguardia implica que el Estado paraguayo y las comunidades deberán implementar acciones específicas para garantizar la continuidad del arte: programas de formación, apoyo económico, promoción cultural y documentación del proceso tradicional. La UNESCO también brindará asistencia técnica para fortalecer la preservación.

Actualmente, en Tobatí solo quedan 8 artesanas antiguas que se dedican al ñai’ũpo, mientras que unas 60 personas de la nueva generación trabajan la técnica por herencia familiar.

Las artesanas coinciden en que este reconocimiento internacional llega en un momento clave y que puede marcar un antes y un después para revivir el valor cultural y económico de la zona, distinguiendo a la comunidad para posicionarla ante el mundo.