El padre Rubén Ojeda, rector de la Basílica Santuario de Caacupé, explicó que este domingo se realizará el cierre oficial de la Puerta Santa, en el marco del Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza”, declarado en la diócesis y celebrado por la Iglesia Universal hasta el 6 de enero, solemnidad de la Epifanía (manifestación) del Señor.
“El Año Jubilar es un tiempo especial de gracia, reconciliación y peregrinación, en el que los fieles acceden a indulgencias plenarias (perdón de los pecados) al ingresar por la Puerta Santa. Sin embargo, cada diócesis y cada parroquia van cerrando paulatinamente sus puertas declaradas como santas, para culminar así con este ciclo espiritual”, señaló el sacerdote.
Ojeda detalló que en la diócesis ya se procedió al cierre de la Puerta Santa en dos parroquias: San Agustín de Emboscada, perteneciente al decanato 2, y San Roque de Montpellier, en Eusebio Ayala, del decanato 3. La Basílica Santuario de Caacupé, ubicada en el decanato 1, será la última en cerrar, lo que convierte este domingo en un momento histórico y muy esperado por los fieles.


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Día de la Sagrada Familia
El cierre oficial coincide con el Día de la Sagrada Familia de Nazaret, por lo que se realiza una convocatoria especial a todas las familias del país para participar de la tradicional Peregrinación de las Familias, que partirá desde Tupãsy Ykua a las 6:30.
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La peregrinación culminará en la Basílica con la Santa Misa a las 7:00, donde se llevará a cabo el ritual de cierre de la Puerta Santa, un acto cargado de simbolismo y devoción.
El padre Ojeda resaltó la importancia espiritual del momento: “Con el cierre de la Puerta Santa, se da por concluido este Año Jubilar en nuestra diócesis, y los fieles tendrán que esperar 25 años para volver a vivir una experiencia similar, cuando se declare nuevamente un Año Jubilar, previsto para 2050”.
Durante la ceremonia, se recordará además el lema del año jubilar, “Peregrinos de la Esperanza”, que busca acompañar a los fieles en un camino de fe, oración y reflexión sobre la familia y la comunidad. De esta manera la Basílica invita a todos los asistentes a vivir esta experiencia con devoción y a aprovechar la oportunidad de ganar indulgencias plenarias, una de las tradiciones más significativas del Año Jubilar.
Finalmente, el rector Rubén Ojeda instó a que los peregrinos participen de cada momento de la jornada, recordando que este cierre no solo marca el fin de un ciclo religioso, sino también un hito histórico en la vida espiritual de Caacupé y de toda la diócesis.
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