Jóvenes lamentan falta de ayuda estatal a robótica

Mbotatics es el nombre del grupo de jóvenes que competirá en abril de este año en un Mundial de Robótica en Houston, Estados Unidos. Estas personas se alzaron con una competencia regional llevada a cabo en Uruguay en noviembre el año pasado.

En el mundial se evaluarán el diseño y uso de robot en la pista, valores de competencia –consistente en integración y colaboración– y el proyecto científico, que es un filtro destilador de agua para el lavaplatos, que logra reutilizar el líquido vital.

El grupo se formó en el Instituto Espacios de Ser y está integrado por Mateus Velázquez, Constanza Larreinegabe, Eduardo Andrés Bernal, Emile Candia y María José Duarte.

Comentaron que ellos deberán financiar su viaje, pagar el costo de la inscripción, además de los materiales y accesorios para promocionar su equipo, que son requeridos por la competencia. También deben comprar algunos elementos o platos en grandes cantidades para dar a conocer la cultura paraguaya, para lo cual llevarán, por ejemplo, chipa y tereré.

Lamentaron que otros países de Sudamérica, como Uruguay, tengan el viaje y viáticos pagados por el Estado, además del auspicio por parte de empresas privadas de diferentes rubros, mientras que en el Paraguay no han logrado conseguir ningún tipo de financiamiento.

Mbotatics buscó la colaboración de Itaipú Binacional para la competencia, pero sus integrantes aseguraron que eran muchos los requisitos que debían cumplir por un periodo largo, y que ellos necesitaban el apoyo monetario ya en ese momento, por lo que dejaron de insistir. También solicitaron la ayuda de empresas privadas de telefonías, pero tampoco tuvieron éxito.

“Lo que más te da pena es ver en la remera de los otros equipos las marcas de conocidas multinacionales que los apoyan, incluidas instituciones del Estado, mientras nosotros no logramos nada de eso”, explicó Constanza.

Manifestaron que se sienten confiados para la competencia porque en las últimas semanas han trabajado intensamente por mejorar el robot que para la competencia anterior hacía 95 puntos y ahora ya superaría los 400. Sin embargo, reconocieron que saber de los niveles a los que llegan los otros países les da un poco de miedo. Otro de sus principales desafíos es que deben explicar todo su proyecto en inglés.

Instaron a los jóvenes a interesarse por la robótica, la cual, además de ejercitarlos en matemática y física, los ayuda a desarrollar la creatividad.