Conozco los secretos de las empresas, y te los voy a compartir. En realidad, muchos piensan que son secretos. Se sorprenderían si supieran que, en casi todas las organizaciones, los problemas son similares.
Al médico le contamos la verdad sobre nuestro dolor, para que nos ayude con el tratamiento correcto. Los responsables de las áreas de Personas y Desarrollo también son sinceros y me dicen:
“Nos preocupa la alta rotación: la gente se nos va muy rápido”. O “nuestros líderes no comunican. Los colaboradores no reciben feedback”. A veces admiten “no trabajamos en equipo”. “Estamos quemados”.
Está demostrado: el liderazgo suele ser la causa raíz de estos síntomas. “Dime cómo lideras y te diré qué tipo de cultura tienes”.
Por eso, quiero compartirte cinco preguntas que pueden ayudarte a entender cómo lo estás haciendo. No tienen una sola respuesta, ni son cómodas. Pero si las respondés con honestidad, pueden abrirte puertas. Porque no hay transformación sin incomodidad.
1. ¿Gestionás o liderás?
Gestionar tiene que ver con controlar, organizar, ejecutar. Es necesario, claro. Pero liderar va más allá: se trata de inspirar, escuchar, dar dirección sin imponerla. Gestionás cosas; liderás personas. ¿Dónde estás poniendo tu energía? ¿Cuánto tiempo dedicás a conectar con tu equipo, entender sus miedos, motivaciones, frustraciones? ¿Cuánto conocés a tu gente? Liderar es estar al servicio de los demás.
2. ¿Qué depende de vos?
Spoiler: los resultados no. Claro que influís, pero no podés controlarlos. Lo que sí depende de vos es tu actitud, tu forma de comunicar, de acompañar. Depende de vos crear un entorno donde las personas quieran aportar, sentirse parte, crecer. ¿Estás generando ese espacio o solo estás pidiendo resultados? ¿Generás espacios de confianza? ¿O hay miedo para debatir, opinar, actuar?
3. ¿Qué habilidades precisás potenciar?
No me refiero a aprender a usar una nueva herramienta digital. Hablo de habilidades humanas, que cada vez son más estratégicas: inteligencia emocional, dar feedback sin destruir, tener conversaciones difíciles, sostener la calma en el caos. ¿Dónde estás poniendo el foco de tu desarrollo como líder? Los mejores me dicen: “soy un eterno estudiante de liderazgo”.
4. ¿Cómo conectás con los demás?
Muchos líderes creen que deben tener todas las respuestas. Pero conectar es, muchas veces, animarse a no saber. A mostrarte vulnerable, a hacer preguntas en lugar de dar órdenes, a escuchar sin interrumpir. ¿Mostrás tu humanidad? ¿Admitís tus errores? ¿O estás jugando a ser el que nunca duda?
5. ¿Por qué se va alguien de tu equipo cuando se va?
Las entrevistas de salida dicen más sobre el liderazgo que cualquier encuesta de clima. ¿Te tomás el tiempo de entender qué se rompió? ¿Qué podrías haber hecho distinto? Las personas no renuncian a empresas, renuncian a personas. Y esa, aunque incomode, es una buena noticia: significa que hay algo que podés cambiar.
Liderar no es cuestión de tener el cargo. Es una práctica. Una forma de estar presente. Una responsabilidad con otros. Estas preguntas no son un test, ni tienen puntaje. Son una invitación. A frenar. A mirar hacia adentro. Y a liderar con más conciencia.
¿Y vos? ¿Cómo liderás hoy?