El cierre de 2025 presenta un escenario de contrastes para el sector agropecuario de Paraguay. Tras un 2024 marcado por volúmenes récord, este ciclo consolida al país como un proveedor global estratégico, que ha enfrentado la caída de los precios internacionales y una ligera retracción en la producción primaria que impactó en la balanza comercial. Por otro lado, se registró un crecimiento en la industrialización del oro verde.
La soja, columna vertebral de la economía nacional, experimentó un año de ajustes. Al cierre del año se proyecta una disminución en el ingreso de divisas cercanas a los US$ 660 millones en comparación con el 2024. Esta reducción no se debió únicamente a cuestiones productivas como la sequía que afectó puntualmente a algunas zonas, sino a la baja en las cotizaciones de la Bolsa de Chicago, frente a los picos de años anteriores.
En entrevista para ABC Rural, Raúl Valdez, presidente de Cappro, por su parte desglosó las cifras que sustentan el optimismo del sector procesador de soja, pero también puso foco en los desafíos estructurales que limitan el verdadero potencial de la cadena de valor: la alta dependencia de la exportación de materia prima en estado natural y la urgencia de políticas industriales sostenidas.
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Sin rankings, pero con tendencias claras
Aunque Cappro no publica un ranking nominal de empresas por su sensibilidad comercial, Valdez explicó que las principales exportadoras del complejo soja son las mayores agroindustrias aceiteras y los originadores más importantes del país.
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Estas compañías manejan una parte muy significativa del movimiento de granos, harina y aceite, consolidando a Paraguay como proveedor confiable a escala global.
“El análisis debe centrarse en el rol de la agroindustria y en cómo la industrialización fortalece la competitividad nacional”, aclaró Valdez, destacando que el crecimiento del sector depende tanto de la capacidad de punto de partida como de la estrategia de industrialización de cada empresa. Un dato importante es que el 35% de las exportaciones potencia la economía de nuestro país.
Industrialización: cifras de un 2025 histórico
El informe más reciente de Cappro confirma la fortaleza operativa del sector. Hasta octubre, el procesamiento de oleaginosas alcanzó 2.950.000 toneladas, lo que se traduce en un incremento interanual del 10,6% desde el 2020. Este desempeño se debe, casi en su totalidad, a la soja, que concentró el 98,3% del volumen industrializado.
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“Estamos viviendo un momento extraordinario en términos de eficiencia operativa”, afirmó Valdez. “La clave de este repunte no ha sido solo una buena zafra, sino la optimización de las inversiones que venimos realizando. Hemos logrado que la utilización de la capacidad instalada llegue al 83% al cierre del tercer trimestre, un nivel inédito en los últimos 10 años y ocho puntos por encima del promedio del año pasado”.
El referente del sector destacó que la capacidad instalada actual de las plantas asociadas a Cappro es de 12.830 toneladas por día. Aprovechar esta capacidad significa transformar la materia prima localmente, inyectando valor agregado a la economía nacional y generando un flujo de divisas mucho más constante a lo largo del año.

La batalla por el valor agregado
El complejo soja, que incluye el grano y sus derivados industriales (aceite, harina, cascarilla), representa cerca del 35% del total de las exportaciones del país en lo que va del año. Sin embargo, el presidente de Cappro insiste en la necesidad de cambiar el modelo de negocios para asegurar un crecimiento sostenible y menos vulnerable a la coyuntura de un solo mercado.
“La paradoja de Paraguay es que tenemos la capacidad de agregar valor, pero aún no la explotamos por completo”, explicó. “Nuestras empresas generan empleo de calidad para más de 8.800 trabajadores, con 2.200 empleos directos en las plantas y aproximadamente 6.600 indirectos. Cada tonelada de soja que se procesa aquí, en lugar de exportarse como grano, multiplica ese impacto social y económico”.
El principal problema radica en la estructura de las exportaciones. Mientras que los productos industrializados de la soja llegaron a 35 países con una distribución de mercado relativamente diversificada (Unión Europea con el 21%, Chile 19%, Perú 13%, India 9%), la exportación de granos en estado natural sigue dependiendo abrumadoramente de Argentina, con un 81% del volumen total, seguido por Brasil (14%) y Rusia (3%).
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“La concentración del 81% en un solo mercado para nuestros granos nos vuelve vulnerables. La diversificación de destinos en los productos industrializados es la única ruta hacia una mayor estabilidad económica y una menor exposición a los riesgos externos”, subrayó.
Debilidad, carga impositiva y falta de drawback
Uno de los puntos más críticos que, según Valdez, frena la expansión del procesamiento local es la desventaja competitiva generada por la política fiscal. El presidente de Cappro reitera una denuncia histórica del gremio: “La no devolución del IVA afecta directamente la caja operativa de las empresas y ralentiza las futuras inversiones necesarias para alcanzar el pleno uso de la capacidad instalada. Necesitamos una política industrial coherente y sostenida que incentive, en lugar de penalizar, la transformación local”.
Agroindustrialización más allá de la soja
A pesar de los desafíos, la visión de Cappro trasciende la problemática coyuntural y apunta a una “nueva era de agroindustrialización”. Raúl Valdez sostiene que el potencial de la industria aceitera es el eslabón fundamental para el desarrollo de una cadena productiva mucho más compleja y robusta.
- Desarrollo de Industrias Afines: Los subproductos del procesamiento de oleaginosas (harinas y aceites) son el insumo principal para el desarrollo de la producción avícola, porcina, piscicultura y la industria láctea. Convertir proteína vegetal en proteína animal de alto valor es el camino hacia la diversificación de la matriz exportadora.
- Biocombustibles: El aceite de soja es un componente clave en la producción de biodiésel, una industria en crecimiento en Paraguay. Este sector no solo genera demanda interna para el aceite, sino que también contribuye a la seguridad energética del país y a una matriz de transporte más sostenible.
Valdez mencionó que la producción total de granos en 2025, sumando soja, maíz, trigo y arroz, movilizaron cerca de 18 millones de toneladas, lo que se traduce en más de 600.000 viajes de camiones desde los silos hasta los puertos y fábricas. Esta dinámica logística tiene un “derrame fantástico en la economía”, que va desde estaciones de servicio hasta pequeños comercios en ruta.

Visión: inversión, competitividad y sostenibilidad
La Cappro reconoce que el contexto internacional es cada vez más competitivo. Expertos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) han señalado un aumento en la oferta global de granos, lo que presiona a la baja los precios.
Ante esta realidad, Valdez es categórico: “Nuestro nivel de producción no se compara con Brasil, Argentina o Estados Unidos. Por lo tanto, no podemos competir solo por volumen, necesitamos competir por valor agregado, calidad y diferenciación. Esto exige aumentar la inversión en la industria, incorporar más biotecnología y capacitar a nuestra mano de obra”.
La demanda de técnicos e ingenieros calificados en las plantas es constante, lo que subraya la necesidad de alinear la educación con las necesidades de la agroindustria moderna.
Finalmente, el presidente de Cappro hace un llamado a la acción al Gobierno y al sector privado: “Paraguay cuenta hoy con inversiones instaladas, tecnología de primer nivel y capacidad operativa. El potencial transformador existe”.
Para avanzar, se requiere una política industrial seria que elimine los obstáculos a la competitividad, la falta del mecanismo del drawback, la no devolución del IVA, y que articule una visión de largo plazo que priorice la industrialización sostenible. “Si logramos liberar ese potencial, la agroindustria será el motor que impulse a Paraguay hacia el desarrollo que todos deseamos”.
La Cámara seguirá insistiendo en su plan de acción: dejar de ser una nación que solo exporta productos sin valor agregado a convertirse en un hub de proteínas animales, vegetales y biocombustibles para el mundo.
Ranking: Top 5 exportadores de granos
Cargill 19%
Viterra 14%
ADM 12%
Cofco 8%
Bunge 7%
