Los elementos que constituyen el acto o producto son: los motivos, el fin o fines, los medios, los resultados y sus consecuencias.
Un análisis sereno y objetivo del Plan Nacional de Transformación Educativa (PNTE) nos lleva a la conclusión de que este Plan es inmoral.
Aparentemente y teóricamente el MOTIVO que ha provocado el proceso de elaboración del Plan para transformar la educación ha sido el calamitoso estado de nuestra educación nacional. Pero hay indicios sobrados para descubrir que el verdadero motivo, el real ha sido otro.
El primer indicio es que a los gestores del PNTE no les ha interesado la situación real de nuestra educación nacional, la prueba está en que no han hecho diagnóstico de la misma, porque lo que presentan como diagnóstico en el Segundo Acuerdo no es diagnóstico, sino un comentario superficial y con errores de lógica básica al interpretar el documento extranjero PISA del 2017, que trata solamente de un punto muy concreto: el nivel de aprendizaje de nuestros estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias. Obviamente este comentario no es un diagnóstico del estado de la educación nacional.
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Quiere decir que, al ignorar el estado de la educación nacional, este no es el motivo real que ha movido y fundamentado la elaboración del Plan, el presunto estado de la educación es un buen pretexto. El motivo real que ha provocado el PNTE es secundar en el sistema educativo la Agenda 2030 de la ONU. Esta Agenda, con sus secretos (Ver serie de artículos de Mareo Requesens en internet) impone la “ideología de género” explícitamente en el Objetivo 5 e implícitamente en otros más.
Es inmoral aplicar teoría sin diagnóstico. Imaginen un médico que sin hacer diagnóstico de sus pacientes recetara medicinas de un laboratorio extranjero, porque ese laboratorio le da dinero por recomendar sus productos.
El FIN del PNTE no es mejorar la educación nacional, sino instalar en el sistema y los procesos educativos los imperativos de la Agenda 2030 y su estrategia, la ideología de género.
La prueba está en que, cuando el desarrollo científico y las ciencias gozan de máximo prestigio y eficacia, el PNTE se presenta sin fundamento científico, sin el soporte de las ciencias auxiliares básicas de la educación, antropología, sociología, psicología y filosofía y mucho menos con las ciencias auxiliares de última producción, como la neurociencia y neuroeducación, la neuroespiritualidad, la psicología transpersonal de Howard Gardner, Goleman, Grof, etc… y ausencia total de la pedagogía científica. Todo lo contrario, pretenden mejorar la educación volviendo a los años 60-70 del siglo pasado con el marxismo dialéctico de “La Pedagogía del oprimido”.
El fin del PNTE no es mejorar la educación, nada propone para eso, sino someter a los paraguayos a los mandatos del Plan de transformación del mundo, bajo el neoimperialismo del nuevo gobierno mundial globalista de la ONU y sus organismos e instituciones adheridas.
Es inmoral engañar y frustrar a todos los niños, adolescentes y jóvenes paraguayos y a sus padres y familias, imponiéndoles una educación retrógrada e ideologizada, en vez de una educación que los dispare a la vanguardia del futuro.
Los MEDIOS que propone el PNTE están nucleados en las nueve políticas, todas ellas seleccionadas arbitrariamente, porque no parten ni se justifican con el diagnóstico, que no existe.
Los medios que propone son inmorales, porque acrecienta el número de artículos violados de la Constitución Nacional y de tres leyes.
Son inmorales porque asumen estrategias de la ideología de género, como el enfoque de derechos, que roba a los padres el derecho de patria potestad, el derecho de ser los principales y definitivos garantes de los derechos de los hijos, pasándole la primacía al Estado y destruye la familia, fundamento de la sociedad.
De los RESULTADOS Y CONSECUENCIAS no quiero ni pensar, porque lo que conocemos de otros países que pusieron en marcha su correspondiente Plan de Transformación antes que nosotros, es dramático.
El PMTE es inmoral, porque sus motivos, fin y medios son inmorales.