Muchos estigmas enfrentan las mujeres que en Paraguay son víctimas de coacción sexual y abuso sexual y deciden contarlo. En una sociedad históricamente machista, el entorno tiende a responsabilizarlas. Para qué se pone esa ropa, anda luego muy maquillada, le sonríe luego a todo el mundo, es una provocadora, para qué entra sola a su oficina si sabe cómo son los hombres, son algunos de los argumentos con los que se intenta menoscabar a la trabajadora cuando trascienden este tipo de casos. Y si ella se anima a denunciarlo oficialmente ante la empresa, a todo lo demás se suma la acusación de que ella es “problemática”.
En la mayoría de los casos, como “problemáticas” que son, las mujeres víctimas de acoso sexual acaban siendo despedidas de sus trabajos y, “marcadas”, después les cuesta el doble conseguir un nuevo empleo.
Con todo esto en contra, seis mujeres periodistas se animaron a denunciar, en mayo pasado, a Carlos Granada, entonces gerente de prensa de los canales C9N y SNT, del grupo Albavisión. Según la imputación por coacción, coacción sexual y acoso sexual, que la Fiscalía resolvió en agosto, Granada “se valió de su cargo de jerarquía e influencia” y “habría realizado varios actos con fines sexuales en algunos casos, y en otros casos habría realizado actos sexuales concretos contra las víctimas”.
Carlos Granada estuvo prófugo durante tres meses, atacando de nulidad la imputación desde la clandestinidad. Que ahora pase unos días privado de su libertad, ya debería servir de advertencia a quienes tienen por costumbre usar sus cargos de poder para coaccionar a subordinadas y, en muchos casos, ufanarse luego de eso en una ronda de amigos.
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Sin embargo, se espera de los órganos judiciales que el Caso Granada siga sentando jurisprudencia. En esa lucha seguirán las chicas, que no la tienen fácil -finalmente empezaron a ser despedidas, junto con las compañeras que les habían apoyado dentro del canal- pero que están acompañadas por decenas de mujeres que sí, les creemos y seguiremos a su lado. Porque la única manera de que cesen los acosos por los que cotidianamente atraviesan decenas de mujeres en todo el país, es que se logre hacer Justicia.