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En la arena internacional, la interacción entre las crisis político-sociales y los bloques económicos es inevitable. Ecuador ha enfrentado diversos desafíos que han repercutido en su relación con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Para comprender mejor las cosas se debe considerar el trasfondo histórico. Ecuador, aunque no es miembro pleno del MERCOSUR, ha mantenido lazos comerciales y políticos con este bloque.
La reciente crisis desatada a principios de año generó la reacción, comunicado mediante, del bloque condenando “enérgicamente los actos de violencia perpetrados por grupos relacionados al crimen organizado transnacional que afectan la seguridad interna” del Ecuador. Si de verdad tienen una preocupación ¿no deberían hacer algo más?
Esta y otras crisis en Ecuador se han manifestado en diversas formas. Desde inestabilidad política y protestas masivas hasta desacuerdos con políticas económicas y la gestión de recursos naturales. Estos conflictos internos plantean serias interrogantes sobre el papel de Ecuador en la geopolítica regional.
Frecuentes cambios de liderazgo y acalorados debates sobre las políticas gubernamentales han marcado la escena política ecuatoriana. Las protestas populares, muchas veces desencadenadas por medidas de austeridad y reformas impopulares, han presionado a los gobiernos de turno y han mostrado la división social y política del país.
La crisis ecuatoriana no es ajena a MERCOSUR. Este bloque regional, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela (actualmente suspendida), busca fortalecer el comercio y la integración entre sus miembros. La inestabilidad en uno de sus asociados y potenciales candidatos a miembro afecta la percepción de la fortaleza económica y política del bloque.
La incertidumbre en Ecuador puede resultar en la reluctancia de otros miembros de MERCOSUR a profundizar los acuerdos comerciales. La estabilidad es esencial para la confianza en los mercados y en las inversiones de largo plazo.
La crisis ecuatoriana también podría alterar el equilibrio de poder dentro de MERCOSUR. Ecuador tradicionalmente ha tenido una postura política que se inclina hacia la izquierda, lo que influye en sus relaciones exteriores y en su papel como posible contrapeso a potencias regionales.
La clave aquí es la capacidad de manejar sus respectivas crisis internas y encontrar equilibrio en sus objetivos de integración y soberanía. Los entredichos democráticos presentan desafíos significativos para el desarrollo económico y la integración regional.
No obstante, también ofrece una oportunidad para reflejar sobre la resiliencia y adaptabilidad de las naciones y bloques económicos ante adversidades. Y eso, hoy, no se refleja en la agenda de los cancilleres.