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Kattya González llegó al Legislativo con una visión inclusiva de la sociedad. Fue la cuarta senadora más votada y es la primera opositora en ser expulsada del Congreso. El bloque oficialista, de colorados, liberales y otras yerbas cartistas, como Norma Aquino, la usó como ejemplo de lo que puede pasar con quien se les enfrente. Mostró que hay miedo a que las minorías se hagan mayorías, por eso se decidió empezar a eliminar todo tipo de disenso.
La oposición en el Congreso enfrenta en el cartismo a un modelo político perimido, pero que se siente más que nunca. Es autoritario, prebendario, legisla y gobierna solo para beneficio propio y de correligionarios. No admite construir consenso en la diversidad. Propugna Dios (solo el suyo), Patria (según su propia idea de Patria) y Familia (la “tradicional”). Yami Nal, que se unió al cartismo ni bien asumió su banca, plantea regular los medios de comunicación. Le molestan el humor, la libertad de expresión y el derecho a protestar. Denunció a la periodista y actriz Letizia Medina por violar la Ley 5777 “De protección integral de las mujeres contra toda forma de violencia”, por una parodia en la que se sintió aludida.
La ley no tiene que ver con este caso, pero al evocarla apela a la censura de periodistas, artistas, humoristas y de la sociedad toda. Y pone en jaque una ley crucial para proteger a mujeres que de verdad lo necesitan, pero cuya vigencia ahora se cuestiona desde el mismo cartismo.
La Justicia, el Poder Legislativo y el Ejecutivo son usados como “garrote”, 35 años después de la caída de la dictadura stronista. Las trabas a la libertad de expresión, de prensa, al derecho a la información, son permanentes. Hay persecución a quienes representan a mujeres y a las minorías.
No sorprende. El espacio que las mujeres van ganando es considerado un peligro para quienes quieren mantener esta sociedad machista, donde conceptos como que los varones no lloran y las niñas son más sensibles, se enseñan en libros de educación sexual. Es que además de enfrentar a los “machirulos”, con el avance en los derechos de las mujeres, prosperan los derechos de todas las minorías.
Pero cada vez son más las voces que se levantan contra el modelo político representado en Yami Nal, Bachi Núñez, Horacio Cartes. Desde todos los sectores sociales se pronuncian a favor de la democracia. Los intentos de censura, la persecución a legisladoras, no deberían frenar la pelea por el Paraguay que soñamos, inclusivo, respetuoso de los derechos humanos, con justicia social y libertad.