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La falta de infraestructura es el mal común y la solución parece estar lejana, aunque varios, en época de campaña electoral plantearon buscar financiamiento para obras que detengan los daños causados por los temporales. El más reciente y doloroso fue la muerte de dos mujeres en Luque, tras ser arrastradas hasta un arroyo.
Así como los baches y la ineficiente recolección de residuos son un mal endémico de cada administración municipal, la ausencia de desagües pluviales también lo es. Evidentemente a los jefes comunales les cuesta encontrar los fondos necesarios, para dotar a sus comunidades de más sistemas que combatan las furiosas aguas que se originan por las torrenciales lluvias.
Son pocos los desagües pluviales construidos y no dan abasto, principalmente en Asunción. Muchos de los intendentes se encuentran “atados de manos” y lo único que les resta hacer es recomendar a las personas de que que eviten los puntos críticos o colocar vallas, supuestamente seguras. En cada tormenta, estas medidas están a prueba.
Este problema de larga data y que se resalta solo cuando se producen escenas de vehículos llevados por potentes correntadas o con mortales desenlaces, podría tener una solución con apoyo del Poder Ejecutivo. Pero la excusa siempre fue que se requiere de “muchos” millones de dólares.
Mientras tanto, la población deberá seguir soportando la inoperancia de las autoridades, que prefieren que se “enfríen” los reclamos, antes que apurar alternativas de mejor infraestructura, que den seguridad vial a todos.
No olvidemos que a la ineficacia de algunos servicios de recolección de basura se suma la inconsciencia de siempre de unos pocos. No son la mayoría, pero sí son los que mayormente generan otro inconveniente con cada lluvia.
Los pobladores que aprovechan los raudales para tirar sus bolsas de basura en la calle no tienen conciencia del daño que causan. Son los responsables directos del taponamiento de sumideros, agravando el caos en la vía pública. Vale mencionar que esa repudiable acción contamina arroyos y ríos y desencadena en penosas complicaciones medioambientales.