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Mientras tanto, se espera con expectativa que en unos meses más la Unesco declare a la guarania Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. De darse, será la feliz culminación de los trabajos de las instituciones estatales, municipales, privadas, artistas, público en general.
Mucho antes de que se dieran a conocer las memorias de Flores, Sara Talía publicó en Buenos Aires, en 1976, “José Asunción Flores – Génesis y verdad sobre la guarania y su creador”. Es el documento más valioso acerca del tema.
Sara Talía fue una educadora paraguaya. Ella y su marido, víctimas de la revolución de 1947, fueron al exilio. En Buenos Aires se hicieron muy amigos de Flores, tal vez antes, en 1946, en la “primavera democrática”. El maestro los tuvo como depositarios de varios instantes de su vida personal y artística. Dejemos que la misma autora nos relate, a su vez, la génesis de esta obra singular:
“Es este trabajo un fragmento extractado del contexto total sobre la vida y obra de José Asunción Flores (1904 – 1972) uno de los más talentosos compositores paraguayos, creador de la guarania, ese nuevo género musical que abrió un vasto campo de trabajo a los músicos paraguayos con enormes perspectivas, por su entrañable raíz nacional y popular.
“El deseo de rendir homenaje al Maestro Flores nos indujo a publicar estas páginas que abarcan el período de sus búsquedas y hallazgos en pos del encauzamiento de la música nativa por nuevas rutas para extraer toda su riqueza, su ritmo y sonoridades dormidas”.
La autora nos aclara que toda la obra está basada en las conversaciones que tuvo con el maestro “luego de una cena que terminaba siempre con un buen mate cocido”.
De la conversación de Flores dice que era florida y profunda, sus frases directas, a veces descarnadas. Oírle relatar “constituía un placer único”.
Cuenta Talía que durante años anotaba las “charlas ilustrativas y orientadoras” que luego iba anotando en cientos de folios “anécdotas, episodios, los momentos oscuros y los días más brillantes de este hombre elegido por el destino” para ser un músico genial y ciudadano ejemplar.
Recuerdo -agrega Talía- que cierta vez el maestro se quedó mucho tiempo pensando. Estaba serio y algo emocionado. Luego dijo: “Se puede decir que la guarania es el lenguaje musical de nuestro país, un lenguaje comprendido por todos los pueblos del mundo, llega a las más amplias masas populares por sus sentimientos humanos de esencia universal. La guarania es un nuevo concepto de la música nativa que despertó en la sensibilidad de la gente una nueva emoción porque se identifica con la causa del pueblo y se nutre de sus pensamientos y sentimientos”.
Sara nos dice que con este libro quería ofrecer el testimonio vivo del pensamiento de Flores. Además, anotó el nacimiento de sus obras que nos da una rica perspectiva de sus creaciones. He querido preservar, dice Sara, su autenticidad, su verdad a viva voz.
En verdad, cumplió ampliamente con su propósito de “preservar la autenticidad” de las prolongadas conversaciones en el transcurso de las cuales se gestó un libro valioso cuya reimpresión, después de tantos años de haberse publicado y agotado, se hace hoy imprescindible.