Cuidadito

Lo que está mal, está mal. No importa cuántas veces repitan que está bien, o intenten disfrazar de bien lo que está mal. No importa siquiera el silencio de las instituciones de control que deberían estar haciendo preguntas y están con un silencio de ultratumba: Lo público siempre será público. Las autoridades serán siempre fiscalizables. El dinero público siempre será auditable. No me crean a mí, diría mi vecino de columna, lo dice la Constitución Nacional de la República del Paraguay.

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Las denuncias que está realizando nuestro diario nada tienen que ver con lucha de clases: es sobre transparencia de la fuente del dinero y contra el despilfarro público. Santiago Peña puede tener TODO lo que se lo permita su pecunio y nadie debe molestarse por las preguntas que está obligado a responder por su investidura presidencial. En el 2017 decía no tener un solo peso. En el 2023 presentó su declaración jurada de bienes antes de asumir el poder, y del “no tener ni un peso” pasó a 23.024 millones de guaraníes. En siete años se dio, cuanto menos, una hazaña financiera.

Veamos las cosas que son del dominio público y que no quieren explicar:

UNO. La mansión del Presidente fue construida cuando ya era Presidente. DOS. El terreno donde construyó, según el principio de publicidad registral, no está a su nombre, figura como propiedad de Walter Ruiz Maciel, un exfuncionario de Sindicatura de Quiebras. TRES. Esto significaría que el Presidente, astuto en las finanzas, habría construido en un terreno ajeno. CUATRO. Walter Ruiz compró la propiedad a G. 35.000.000 la hectárea y meses después se la vendió al Presidente con un costo referencial de G. 2.900 millones la hectárea. Con tan abismal diferencia se pueden sospechar dos cosas: ¿Alguien subfacturó para poder evadir impuestos o alguien sobrefacturó para lavar dinero? CINCO. Nuestro as de las finanzas tuvo que haber visto el título original, el precio pagado por su vendedor, ¿y aceptó pagar 83 veces más caro que el último precio? SEIS. ¿Por qué utiliza bienes públicos para actividades privadas? Helicóptero militar, combustible y pilotos para que sus familiares vayan y vengan para supervisar la obra, ¿qué actividad pública es?

El Presidente de la República, Santiago Peña, está obligado a transparentar sus movimientos económicos. Es parte de la mochila que aceptó cargar el día que decidió pugnar por la presidencia de la República: sus espaldas están cargadas con mucho poder y con muchísimos privilegios, pero también con estrictas obligaciones. Una de las más importantes, la transparencia, una transparencia que ya el tiempo nos ha enseñado que llega tarde o temprano, y llega de la forma más inesperada.

mabel@abc.com.py

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