Más de lo mismo

Nuevamente, se busca imponer una figura como candidato a la intendencia sin que sepamos muy bien de dónde salió ni por qué merece administrar Asunción. Los nombres empezaron a picar hace poco como probando el ambiente, marionetas manejadas con picardía por el titiritero movimiento oficialista del partido de gobierno. Y uno, como ciudadano asunceno ya se siente cansado… esta película ya la pasaron demasiadas veces.

Con varios Messi y Ronaldo en el banco de suplentes, otra vez la decisión parece tomarse sin considerar opiniones y criterios en disenso, y ciertamente lejos de la gente, del ciudadano. No hay un debate público, contraste de ideas ni discusión de perfiles; sí alineamientos, padrinos y silencios tan convenientes como cómplices.

Claro que van a presentar el mecanismo interno como ordenado y democrático, pero sabemos que en la práctica funciona como una escribanía trucha donde validan cualquier papel -o elegido de turno- sin tener a la vista o considerar el original. Las bases, conformadas por gente que afirma hacer política hace 30 años -esa cantidad de tiempo fue cada sábado a la seccional a hacer hurras-, se entera tarde, no opina y acompaña… lo que se espera de ellas.

Ya hace demasiados años que la idoneidad parece ser un detalle menor. Fue reemplazada por una lealtad o conveniencia coyunturales, por cierto, traicionadas indefectiblemente con el paso del tiempo. No importa si el candidato sabe de gestión municipal, si quiere achicar el gigantesco y paquidérmico aparato o si le interesan siquiera la planificación urbana y finanzas públicas. Lo único a evaluar es si suma votos, es servil a la causa y si garantiza la continuidad del sistema.

Soy vecino de Asunción, y estoy harto de vivir en una capital que no está a la altura de su historia. Harto de administradores venales, de un sistema que está hecho para no avanzar. Y frustrado de comprobar que el problema de la gestión viene desde el origen: cuando se elige mal, se gobierna mal.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

No tiene lógica que se repitan fórmulas gastadas y de comprobada ineficiencia, buscando resultados distintos. Tipo, hacemos un cambio de nombres, se retocan los discursos y alguna otra cosa más… pero termina siendo lo mismo, y el desenlace igual: improvisación, enorme aparato improductivo y más excusas, sumados a la deuda existente.

No aparece el padre de la criatura. Molesta especialmente que nadie asuma responsabilidades -ni hablemos de ser imputado- por desprolijidades anteriores. Es como si cada elección empezara de cero. Cero autocrítica, cero balance honesto: tanto así que el principal responsable casi casi sale en la foto oficial.

Vamos na gente! Si no se admite lo que se hizo mal, imposible corregir el rumbo, por más slogans creativos que se impriman. La política necesita menos marketing y más seriedad, menos rosca y más idoneidad comprobada.

Asunción se merece ser mucho más que un teatro de operaciones para ver “cómo nos irá a nivel país”. Debe manejarse en forma autónoma, al margen de la política y gobernar para sus ciudadanos. Elegir bien no es un lujo, es una obligación mínima con y para los contribuyentes, porque la responsabilidad es nuestra también.