Feriado injusto y arbitrario

El jurista argentino Alfredo Ruprecht expresa: “(...) los días feriados tienen por objeto conmemorar ciertos acontecimientos que pueden ser de carácter religioso, patrio, laboral o político, de manera que su finalidad no es la recuperación de los trabajadores, sino permitirles adherirse a un acontecimiento que se festeja o rememora ese día”. La doctrina y jurisprudencia laboralista sostienen en forma unánime ese criterio en todos los países.

A las incontables injusticias y arbitrariedades de los últimos gobiernos de Paraguay –incluido el actual– se halla el decreto del Poder Ejecutivo por el cual se declara feriado nacional el viernes 26 de diciembre, porque el presidente Santiago Peña hizo uso de sus atribuciones legales para decretarlo. De este modo, de hecho, se creó un feriado que empieza el jueves 25 y va hasta el domingo 28 de diciembre, originando un fin de semana largo.

Estos feriados largos son arbitrarios, porque dependen de la voluntad o capricho de una persona, o de un grupo político, sin ajustarse a normas razonables; y son injustos al carecer de fundamentación científica, pues solamente benefician a los funcionarios públicos, y a escasos trabajadores dependientes del sector privado. Objetivamente analizado, los únicos que gozarán el inmerecido regalo de fin de año de Santiago, son los altos funcionarios públicos de las instituciones estatales y municipales, mayoritariamente afiliados del Partido Colorado, con altas remuneraciones, aunque solamente trabajan 6 horas diarias en cinco días hábiles a la semana, mientras miles de personas que dependen del servicio de esos funcionarios seguirán sufriendo la larga espera a la que ya están acostumbrados en los hospitales, en los juzgados y tribunales y en los servicios públicos nacionales y municipales.

Los trabajadores jornaleros y comisionistas del sector privado también son perjudicados, porque ellos perciben salario solo por los días trabajados. Los trabajadores autónomos que gestionan su propio negocio y sus riesgos, siendo responsables de sus propios ingresos y gastos, definitivamente no obtienen ganancia en días feriados. A su vez, los empleadores del sector privado también son perjudicados, porque si abren al público sus empresas deberán abonar el salario con recargo del 100%; además, deberán dar al personal un día hábil de descanso remunerado en la siguiente semana. Y si no abren su negocio en esos días feriados, perderán ventas y clientela.

También son gravemente perjudicados los niños, adultos y ancianos que con mucho esfuerzo pudieron lograr citas médicas, odontológicas, y otros estudios en instituciones de salud públicas y privadas; con el feriado del jueves 26 esos servicios recién les serán prestados el año que viene. El Instituto de Previsión Social informó que ese día permanecerá cerrada la expedición de medicamentos, en la farmacia ambulatoria.

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Antes que un regalo del Presidente a petición expresa y oficial de la Cámara de Diputados, los días feriados otorgados sin fundamento jurídico razonable en los últimos días del año calendario, demuestran un desconocimiento –o desprecio– de la deficiente situación económica y financiera que afecta gravemente a la población mayoritaria del país.

Una sola conclusión lógica deriva del imprevisto feriado: los jerarcas colorados requieren de varios días para recuperarse con sus familias de los excesos derivados de las comidas y bebidas con que festejan el Nacimiento del Niño Jesús.