Alejados de valores como la honestidad y el servicio, delitos como el tráfico de influencias, narcotráfico y lavado de dinero se han convertido en las particularidades que caracterizan a muchos de nuestros dirigentes políticos. De esta forma, así como lo expresa el presidente de la Cámara de Diputados y titular de la ANR, Pedro Aliana, ya es hora de que los partidos políticos hagan un “mea culpa” y se dediquen a seleccionar a sus representantes estableciendo como requisitos la honestidad y la capacidad, con el fin de salvar al país de la corrupción que corroe a sus instituciones.
Como un reflejo de este flagelo social, el caso del diputado colorado Ulises Quintana constituye una clara muestra de que nuestro sistema político pide a gritos un saneamiento. Este legislador está judicialmente acusado por asociación criminal para el tráfico de drogas y lavado de dinero en carácter de cómplice, tras ser vinculado con el supuesto narcotraficante Reinaldo “Cucho” Cabañas.
Mientras Ulises Quintana continúa recluido en Viñas Cué, en la Cámara Baja aún deben aguardar la cuarta ausencia del legislador al pleno para tratar su pérdida de investidura. Entretanto sus pares siguen debatiendo acerca de expulsarlo o no de la Cámara Baja, Ulises Quintana manifestó a través de su cuenta de twitter: "Sigue intacto nuestro proyecto político de la precandidatura a la intendencia de Ciudad del Este" y "la verdad prevalecerá, saldremos de esta injusticia".
En la misma línea, el diputado colorado y aspirante a la intendencia de Asunción, Hugo Ramírez, representa otro ejemplo de que nuestro país necesita depurar la lista de sus representantes. Desde el 2014 hasta el 2018, el actual parlamentario se despeñó como presidente de la junta capitalina y "regaló" al municipio nuevos funcionarios que no tenían preparación suficiente para ocupar esos cargos, pero cobraban millonarios salarios, según la investigación de la periodista Lía Barrios.
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Más allá de renovar las figuras que nos representan en el escenario político, nuestro sistema necesita una verdadera metamorfosis que nos traiga líderes con capacidad y honestidad.
No debemos olvidar que el expresidente de la República HC no ejerció cargos políticos hasta el 2013 y, en su afán por mantenerse en el poder, intentó sobrepasar la Constitución Nacional, buscando su reelección presidencial a través de una simple enmienda. Esto motivó a un grupo de jóvenes a quemar una dependencia del Congreso en defensa de la ley suprema; en la actualidad, presuntamente el exmandatario está vinculado a una red de lavado de dinero, según una investigación oficial de la justicia brasileña.
Finalmente, la transformación que tanto deseamos está en manos de la ciudadanía, pues es el pueblo el que debería colocar en el poder a representantes idóneos y no como estos que solo velan por sus intereses particulares.
Por Rebeca Vázquez (18 años)
