El juez José Agustín Delmás, que interina el Juzgado Penal de Garantías N° 12 de Capital, resolvió remitir a la correcional de mujeres “Casa del Buen Pastor” a Shirley Paola Santacruz Cuba (28), madre del niño de 5 años asesinado ayer en un inquilinato del barrio San Vicente de Asunción. Esta fue imputada por homicidio doloso, en calidad de autor, por la fiscala Natalia Cacavelos, quien fue la que solicitó la aplicación de dicha medida cautelar en esta causa penal.

La resolución judicial se emitió tras la culminación de la audiencia de imposición de medidas llevada a cabo esta mañana en el Palacio de Justicia de Asunción. En la ocasión, la defensa de la madre de Juan David Rodríguez Santacruz, asfixiado con una almohada, solicitó el arresto domiciliario para la supuesta filicida o, en su defecto, que permanezca por 48 horas en la comisaría 17° Asunción, de mujeres, antes de pasar a la cárcel.

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“Se ordenó su inmediata remisión a la cárcel del Buen Pastor, porque no se acreditó debidamente su residencia. No se presentó ninguna documentación por parte de la defensa. Además, se tuvo en cuenta la gravedad del hecho, los elementos de convicción que se agregó, fotos de la cámara de circuito cerrado, y el peligro de fuga u obstrucción, por estar en una etapa inicial del Ministerio Público”, señaló Delmás.

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El caso de supuesto filicidio ocurrió en el interior de un inquilinato del barrio San Vicente de la capital, alrededor de las 6:30 del martes último.

Sospechas recaen sobre la madre

De acuerdo con la imputación formulada por la representante del Ministerio Público, a las 6:30 del martes 5 de marzo, Shirley Santacruz se habría encontrado a solas con su hijo de tan solo 5 años. En ese ínterin, la misma le habría provocado la muerte por asfixia mecánica por sofocación, con la utilización de una almohada con la cual le bloqueó la respiración.

Tras tener conocimiento del hecho, policías de la comisaría 18° de Asunción tomaron intervención y se constituyeron en el lugar. Ahí observaron al pequeño Juan Rodríguez en brazos de su progenitora, aparentemente ya sin signos de vida, por lo que lo trasladaron en una patrullera hasta el Hospital General Barrio Obrero, donde se le practicó reanimación cardiopulmonar (RCP), pero sin éxito.

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Tras esas diligencias, los intervinientes dialogaron con la madre y esta les manifestó que, supuestamente, más temprano habían ingresado dos personas de sexo masculino, adictos de la zona, y que uno de ellos fue el que asfixió a su hijo porque no dejaba de llorar.

El médico forense había determinado en ese momento el hecho como muerte violenta aparentemente dudosa, por lo que dispuso la remisión del occiso a la Morgue Judicial.

Una vecina declaró ante la Fiscalía que, cerca de las 7:00, Shirley Santacruz llegó hasta su local cuando estaba preparando empanadas y que solo atinó a decir: “Mi bebé... mi bebé” y que unos adictos habían ingresado a su casa y lo mataron. Otro vecino de la zona manifestó que su madre le contó lo ocurrido y por ello dio aviso al Sistema 911 de la Policía.

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Muerte fue violenta, dijo médico forense

El médico forense del Ministerio Público, Pablo Lemir, comentó esta mañana los detalles de la autopsia al pequeño de cinco años que llegó sin vida ayer al Hospital de Barrio Obrero. Señaló que se trató de “una muerte violenta”, lo cual fue confirmado mediante la autopsia.

Se confirmó una asfixia mecánica. “Significa que algún elemento externo intervino para impedir el intercambio respiratorio. Estamos hablando específicamente de asfixia mecánica por sofocación, dentro de los subtipos lo más probable es que se trate de asfixia por obstrucción de los orificios respiratorios, impidiendo la entrada del aire al sistema respiratorio”, detalló.

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Agregó que se llega a esa conclusión debido a todos los elementos hallados, como marcas de dientes en los labios internos, que demuestran que se apretó con fuerza el labio contra los dientes. Además, se hallaron mordeduras en la lengua. “Eso nos da la pauta de que estamos ante una violencia externa”, señaló.

Por otra parte, el doctor Lemir recalcó que no se hallaron otras señales de violencia, pues no se encontraron moretones ni fracturas. Tampoco se detectaron signos de defensa.