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Imágenes obtenidas a través de cámaras de circuito cerrado revelaron cómo fue exactamente el momento en el que un hombre fue asesinado de un tiro en la cabeza en medio de un desacuerdo que tuvo con su contrincante por un juego de billar. El crimen ocurrió en el barrio Siete Montes de la ciudad de Curuguaty (Canindeyú) y el autor, aunque fue alcanzado por la Policía en un primer momento, abandonó su vehículo y logró huir.
El hecho ocurrió el domingo 24 poco antes de la medianoche y la víctima fue Sergio Cáceres, de 41 años.
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En las imágenes se observa cómo Sergio Cáceres y Walter Franco, el supuesto autor, juegan pero luego tienen un desentendimiento y comienzan a discutir. La discusión sube de tono y se convierte en una pelea, momento en el cual velozmente Franco saca un arma y le dispara una vez en la cabeza Cáceres.
El herido cae al suelo
Luego del impacto, la víctima cae al suelo y los presentes se muestran asustados. Mientras algunos tratan de ayudar al herido otros huyen en estampida y se dispersan.
Nuevamente algunos se acercan temerosos para ver el estado en el que se encuentra el caído, y una persona saca un teléfono, llamando aparentemente al 911.
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Más personas se acercan y entre cuatro hombres intentan levantar el cuerpo, pero solo logran arrastrarlo unos centímetros, lo dejan boca abajo y otro comienza a enviar mensajes y filmar con el celular.
Un hombre nuevo aparece en la escena, y comienza a gritar impotente, reclamando desesperado luego de ver el cuerpo, ya para ese momento sin vida de Sergio Cáceres.
Una mujer le hace gestos con los brazos como diciéndole que no hay nada que hacer y que no puede ayudarlo.
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Persecución y disparos
El supuesto autor fue identificado como Walter Franco, mayor de edad, oriundo de la ciudad de Villa Ygatimí. El mismo fue perseguido por efectivos de la subcomisaría de Siete Montes hasta el barrio Santa María, en cuyo trayecto hubo intercambio de disparos. Finalmente, uno de los proyectiles impactó en uno de los neumáticos del vehículo del prófugo, quien junto a sus acompañantes descendieron para internarse en una zona boscosa evitando así la detención.
Este y otros crímenes se están dando presumiblemente en el marco de la guerra por el control de la marihuana en la zona baja de Canindeyú.