ÑEMBY. La devoción a la Santísima Cruz motiva a mantener viva toda una tradición, como adornar la cruz con chipas y rosario de maní (Kurusu jegua) y con la presencia de los míticos estacioneros al pie del calvario, pobladores del barrio Rincón de Ñemby, expresan toda su fe al Dios todopoderoso. Unas 2.000 chipas se prepararon para este evento.
La feligresía católica conmemoró ayer la pasión y muerte de Jesús en multitudinarias celebraciones que se desarrollaron en todos los templos del país. Los jóvenes participaron de la Pascua Joven, mientras otros escenificaron el vía crucis. En Ñemby (foto) la crucifixión fue recreada con imágenes y la presencia de estacioneros de todas las edades. En Tañarandy, la obra del artista Koki Ruiz maravilló una vez más a miles compatriotas. Hoy es la vigilia en espera de la resurrección.
La participación de más de cincuenta estacioneros de todas las edades –que vienen aprendiendo el arte musical sacro de generación en generación– puso mayor fervor a la conmemoración de la pasión y muerte de Jesús representada ayer en la iglesia de Ñemby.
Como todos los años el templo parroquial de Ñemby se llenó ayer de feligreses para la conmemoración del Viernes Santo. El cura párroco criticó el doble discurso de los políticos y los estacioneros de Rincón cantaron con mucho más fervor, en vísperas de cumplir sus setenta años.
“Semana Santa sin estacioneros no es Semana Santa” es un dicho extendido en toda la comunidad luqueña. Calificada como una “tradición viva” que es transmitida de generación a generación, en esta localidad varios grupos aún persisten a través de los años.
Los estacioneros forman un conjunto coral que interpreta antiguas canciones religiosas, muchas de las cuales datan de la época jesuítica y franciscana. En Ñemby se estima que el rescate se consolidó hacia 1948. Desde esa época se mantienen los grupos de generación a generación. El cura párroco local asegura que fortalecen y ayudan a la reflexión.