Hace unos días, un psicólogo inglés tuiteó que había recibido insultos y amenazas porque no está de acuerdo con ser llamado «cisgénero», y arrobó al CEO de Twitter, Elon Musk. Anécdota que, más que el tema, es el detonante de este artículo.
Dejando a un lado la feliz coincidencia de que, siendo Paraguay, con un noventa por ciento de católicos en las encuestas, una excepción a la actual caída planetaria de la fe católica, el actual papa sienta un también excepcional afecto precisamente por Paraguay, del «trending topic» del pasado «finde» subrayo: uno, el talento de Bergoglio, su simpatía irresistible, su destreza arrolladora; dos, la unánime falta de lucidez de todos –los jipis y la chetos, los niños y los viejos, los fachos y la zurda, los progre y los conserva–; y tres, la inteligencia, el brillo de este gol vaticano.
“No pretendo hacer (no hoy) una defensa de la pornografía, pero es más honesta y digna que estas imágenes...”