Troncos y trozos de madera que terminarán siendo carbón salen todos los días de una de las últimas zonas boscosas que tiene la Reserva San Rafael-Tekoha Guasu, un área protegida de la Región Oriental ubicada entre los departamentos de Itapúa y Caazapá. Un predio del Banco Nacional de Fomento (BNF) aparece en medio de toda la destrucción que se tiene en la zona.
ENCARNACIÓN. Graves daños ambientales como deforestación de especies nativas y cambio de uso de tierra sin licencia ambiental fueron constatadas durante una intervención interinstitucional realizada en la zona de reserva para parque de la cordillera del San Rafael. Estamos ante la configuración de delitos contra el ambiente, sostuvo Rafael Sosa, director general de biodiversidad del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).
ALTO VERÁ, Itapúa. Unas 150 personas invadieron un inmueble privado ubicado en la zona de reserva forestal de la cordillera del San Rafael y comenzaron a talar árboles y construir viviendas precarias, según una denuncia formulada a este diario. Organizaciones ambientalistas advierten que estamos destruyendo las últimas reservas de biodiversidad.
Varias organizaciones activistas de la protección del ambiente denunciaron “un aumento radical de las actividades ilícitas” en el Parque Nacional San Rafael, citando tala indiscriminada, fábricas de carbón y cultivos ilegales de marihuana.
La reserva forestal de San Rafael, departamento de Itapúa, es el último remanente del Bosque Atlántico del Alto Paraná (Baaapa), que es una gran selva que se extendía desde el océano Atlántico hasta la región Oriental de nuestro país, pasando por el norte de Argentina y el sur de Brasil.
ENCARNACIÓN. Técnicos del Ministerio del Ambiente llegaron desde Asunción para un operativo en que finalmente encontraron un campamento clandestino montado dentro de la reserva forestal de San Rafael para aserrar y extraer madera nativa de forma furtiva.