La reserva San Rafael, ubicada entre los departamentos de Itapúa y Caazapá, es una zona boscosa que maravilla por su biodiversidad y, al mismo tiempo, asusta por la criminalidad que ocurre en el lugar. A pesar de presentar estas dos realidades opuestas, lo que sucede en una extensión de 73.000 hectáreas es invisible ante los ojos del gobierno.
La reserva forestal de San Rafael, departamento de Itapúa, es el último remanente del Bosque Atlántico del Alto Paraná (Baaapa), que es una gran selva que se extendía desde el océano Atlántico hasta la región Oriental de nuestro país, pasando por el norte de Argentina y el sur de Brasil.
ENCARNACIÓN. Técnicos del Ministerio del Ambiente llegaron desde Asunción para un operativo en que finalmente encontraron un campamento clandestino montado dentro de la reserva forestal de San Rafael para aserrar y extraer madera nativa de forma furtiva.
Organizaciones ambientalistas de Argentina, Brasil y Paraguay, trabajan en un plan de acción para la conservación del Bosque Atlántico, o lo que queda de esta gran masa boscosa que se extendía desde el Atlántico y en donde está la cordillera San Rafael. Las organizaciones involucradas son Aves Argentinas, Save Brasil y Guyra Paraguay.
Organizaciones ambientalistas de Argentina, Brasil y Paraguay trabajan en un plan de acción para la conservación del Bosque Atlántico, o lo que queda de esta gran masa boscosa que se extendía desde el Atlántico y en donde está la cordillera San Rafael.
Un enorme rollo de madera de la especie timbó y que posiblemente fue talado dentro del área de reserva San Rafael el viernes estaba semioculto en un lote del cruce Toro Blanco de la compañía Enramadita de Tavaí. A pesar de que se hizo público en horas de la mañana, el camión y el cargamento “desaparecieron”. Fiscal, comisario y funcionarios del Infona se desentienden.