La investigación también se hace a la “luz de la ceguera” en Paraguay

Ariel Ruiz Díaz (21) no es un estudiante o joven investigador cualquiera: tiene ceguera e investiga sobre la discapacidad desde la historia, el periodismo y la filosofía. Si no hay materiales o recursos para su trabajo intelectual, él mismo los diseña o crea con ayuda de su madre. Ruiz Díaz, que desea convertirse en un gran periodista, asegura que la discriminación todavía es enorme en Paraguay.

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Nació a los siete meses, ingresó a la incubadora y, por una negligencia médica, quedó con ceguera. Estudió en la Escuela Santa Lucía para ciegos y posteriormente fue rechazado por varias escuelas públicas de Asunción, simplemente, por su discapacidad visual.

Ariel, que reconoce el apoyo de su madre soltera, finalmente, terminó como mejor egresado del Col. Luis A. de Herrera y hoy está en el tercer año de la carrera de ciencias de la comunicación, en la UNA, desde donde también realiza investigaciones. Representó al país en dos jornadas de jóvenes investigadores de la AUGM y en el 2014 obtuvo el Premio Municipal de la Juventud, en la categoría académica.

–Estamos en el Año Internacional de la Luz, ¿cómo concibe una persona con ceguera la luz?

–De acuerdo al tipo de ceguera que padece. Total o parcial son los principales, y luego se divide de acuerdo al porcentaje de discapacidad visual que lo afecta.

En mi caso, aunque mi ceguera es total según todos los estudios médicos que me realizaron, yo percibo algo que llamo claridad. Muchas veces en mi niñez le preguntaba a mi mamá qué era eso que estaba arriba o que me rodeaba los ojos desde lejos y ella me decía que se trataba de la luz.

–¿Qué significa esa claridad de la que hablás?

–La claridad que siento es algo que ni yo mismo sé explicarlo. Lo que sí puedo decir es que me ayuda mucho a distinguir ciertos cambios como el clima, si hay luz o no y también, me permite percibir ciertos obstáculos a mí alrededor.

–¿Y el término “colores”, significa algo?

–No significan nada para mí. Me imagino ciertos colores cuando me describen los objetos y los relacionan con ellos. Pero ni el ser humano se pone de acuerdo en el significado de los colores. Así también lo sostienen personas que han pasado por los estados de ceguera y luego visión.

–Pero usás mucha tecnología con base en la luz.

-Sí, uso toda la tecnología con base en la luz y la electricidad. Para mí, la tecnología es muy importante. Computadoras, celulares y aunque la gente no cree, la TV. Las personas generalmente suponen que los ciegos no vemos la TV. Y es cierto: no la vemos, pero la escuchamos y por lo tanto, podemos percatarnos de muchas cosas que van ocurriendo.

–¿Cuesta hacer investigación teniendo alguna discapacidad?

–Es muy complicado hacer investigaciones cuando uno tiene una discapacidad.

No existen muchos libros en formatos accesibles para personas con discapacidad. Ya sea en Braille o en formatos digitales. También, porque en casi todos los casos, los autores son reacios a ceder sus ejemplares para poder leerlos.

Muchas veces solicité a diversos escritores o investigadores que me vendan sus libros en formatos digitales pero se negaron, escudándose en los derechos de autores o negativa de las editoriales. Sería lindo que el Gobierno paraguayo o algún organismo encargado o quizás, el Conacyt, se encarguen de proveer de materiales a investigadores como yo.

–¿Los propios autores te niegan?

–Así es, por eso sería bueno que las entidades científicas hagan cumplir el Tratado de Marrakech, el cual obliga a las editoriales a proveer de obras para el crecimiento intelectual de personas con discapacidad visual. La segunda razón por la que cuesta hacer investigación es porque siempre necesito a alguien que me lea los libros impresos o que me ayude a digitalizarlos en casa.

La mayoría de la gente no quiere ayudar gratis o si lo hace, solo lo hace hasta que se canse de uno, por compromisos personales o hasta celos de parejas, resultado de contar con una sociedad machista y prejuiciosa.

–¿Qué investigás?

–De todo. Me fascina abundar en historia, filosofía, matemáticas y todo lo que tenga que ver con ciencias. Hasta la astronomía me gusta. Sin embargo, en estos tres años que llevo investigando, me centré en la discapacidad y su tratamiento social en la actualidad.

Mucha gente cree que estamos en una sociedad inclusiva por poner rampas, dar trabajos, o incluirnos en las Escuelas y Facultades. Pero no es así: aún existe una gran discriminación social. La gente no ve a la persona, ve a la discapacidad.

Y no nos dan espacio, no quieren salir en grupo con nosotros, nos miran mal, y nos sienten lástima. Nos ven como héroes, pero no quieren compartir sus vidas con nosotros. Tienen tiempo para todo, pero no para nosotros.

Eso lo muestro con los resultados de mis investigaciones: tratar de aportar un granito de arena y así quitar la máscara a nuestra sociedad conservadora.

–¿Cómo conseguís los materiales para investigar?

–Los materiales para investigar los consigo gracias a bibliotecas virtuales del extranjero. O compro los libros impresos y los escaneo en casa con mi mamá. Leí muy pocos materiales de origen nacional, ya que no hay muchos para personas con discapacidad visual.

–¿Cómo fueron tus experiencias en las Jornadas de Jóvenes Investigadores de la AUGM?

–Estuve en dos jornadas de jóvenes investigadores de la AUGM. En la Universidad Nacional del Nordeste, Corrientes, en el 2013, y en la Universidad Playa Ancha, Valparaíso, en el 2014.

Nunca las olvidaré. Primero, porque fueron mis primeros viajes solo y lejos de mi familia y significó algo nuevo y difícil tanto para mí como para mi mamá.

Segundo, porque me tocaron dos grupos realmente fabulosos. Grupos con los cuales hasta ahora sigo en contacto. Y en especial, con el de Chile, el cual me hace sentir útil, parte de ellos y siempre tienen tiempo para compartir fechas especiales a mi lado.

Tercero, porque el trato y la vida académica en otros países, es diferente y realmente envidiables. Hay bibliotecas grandes, hay museos importantes, etc. Y casi todo está preparado para personas ciegas como yo. Aprendí mucho en las AUGM.

–¿Cómo son las clases en la Facultad de Filosofía?

–Las clases en la facultad son a veces difíciles. Aunque todo depende de la predisposición del profesor y de los compañeros. Lastimosamente, hay aún profesores muy reacios a la tecnología y eso me retrasa mucho. Lo otro, es que también hay pocos libros en formatos accesibles y eso me implica que debo digitalizarlos y esto quita mucho tiempo.

–¿Por qué elegiste periodismo?

–Porque es la mejor manera de compartir conocimientos y de dar a conocer a la sociedad ciertas partes de la vida que están ocultas para el mundo, por ejemplo, la discapacidad. No creo poder cambiar el mundo desde el periodismo, tampoco esa es mi intención, pero quiero dejar un testimonio de diversidad. De cerebro y no de discapacidad.

–Cuando termines la carrera, ¿querés ir a algún medio, hacer un posgrado o dedicarte a investigar?

–Siendo sincero, si puedo y se me da la posibilidad, quiero hacer las tres cosas. Quiero trabajar en un medio. Creo que el sueño de todo profesional es trabajar en lo que sabe y en lo que se capacitó. Aunque siendo honesto, en una sociedad tan conservadora, es muy difícil por el alto grado de discriminación que existe.

También quiero investigar y expandir más mis conocimientos y hacer varios posgrados en el extranjero, además de estudiar otra carrera. El conocimiento me da vida, hace que ocupe en mi tiempo en algo y me hace sentir útil.

equintana@abc.com.py

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