A los apurones, tratan de lavarle la cara a Asunción

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Ante la inminente inauguración de los XII Juegos de la Organización Deportiva Suramericana (Odesur), el intendente asunceno Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR, cartista) se ha puesto a hacer –mal y tarde– algo de lo que tendría que haber hecho desde que asumió el cargo el 20 de diciembre de 2019, habiendo renunciado el 6 de julio de 2021 para volver a ejercerlo desde el 21 de noviembre de ese año, tras su victoria electoral con el 47% de los votos de los asuncenos. Desgraciadamente, había que esperar a miles de visitantes extranjeros para que se ordenen ciertos arreglos cosméticos en el feo rostro de la capital del país, castigada por la corrupción, la ineficiencia y la desidia municipales, que se reflejan en las calles y aceras estropeadas, en las plazas invadidas y destruidas, en el tráfico caótico y en la polución ambiental, entre otras desgracias.

Recién ahora, al cabo de largos años, están siendo desmontadas las viviendas precarias instaladas en las plazas del “centro histórico”, con la anuencia de la administración del exintendente Mario Ferreiro y la tolerancia de la actual. “Todo tenemos que arreglar. Muy feo está”, reconoció el apenado funcionario Alberto Reyes, coordinador de los trabajos emprendidos a los apurones con el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones. Finalizarían el próximo fin de semana, una vez que se cambien los pisos, se enrejen las plazas y se vuelva a plantar el césped. Hay cuantiosos daños al patrimonio municipal que reparar, y la basura acumulada, así como los clavos esparcidos, atentan incluso contra la estética urbana más modesta.

A propósito, la idea de la belleza que tiene el intendente es bastante curiosa: llegó al colmo de hacer colocar cubiertas usadas en la Plaza de la Democracia para que sirvan de planteras, pese a que podían convertirse en criaderos de mosquitos transmisores del dengue, según los organismos sanitarios. Felizmente, han sido retiradas (aunque el costo de los materiales y los trabajos se cargarán a la cuenta de los contribuyentes asuncenos), quedando las bases de cemento con cables sueltos. El director general de Gabinete de la Municipalidad, Federico Mora, lamentó muchísimo “esta situación de las llantas (...) un trabajo de reciclaje de la gente de Áreas Verdes”. El Parque Caballero, por cierto, no ha sido desalojado ni “embellecido”, quizá porque no estaría tan a la vista de los huéspedes.

Es comprensible que las tareas emprendidas a última hora sean ridículas o defectuosas, como las que se observan en los bacheos realizados en algunas calles céntricas, también afectadas por aguas servidas que desembocan en los hoyos del pavimento: los frentistas responsables no son sancionados, así como los que descuidan las aceras; lo mismo ocurre con los dueños de baldíos inmundos, que también habrán de llamar la atención de los turistas, al igual que los cruces de calles con semáforos descoordinados y la proliferación de “cuidacoches” listos para la extorsión, salvo que sean alejados aunque sean de ciertas áreas, como ocurrió en 2019, con motivo de una final de la Copa Sudamericana de fútbol. Hasta hace un par de días, la Municipalidad no se había ocupado del pésimo estado de la zona de acceso y del predio de nada menos que de la Secretaría Nacional de Deportes, sede principal de los Juegos: allí había aguas cloacales arrojadas a través de un canal construido en uno de los costados y el desagüe pluvial se llenaba de residuos fétidos, frente a las graderías de la pista central.

El mencionado jefe de Gabinete de la Municipalidad informó de la existencia de “siete u ocho frentes” de trabajos simultáneos y que los relativos a las vías públicas “van a generar algún trastorno en el tránsito”, lo que induce a preguntar por qué no se realizaron los mismos con mucha mayor anticipación y solo durante los fines de semana, cuando disminuye el tráfico. Dijo también que “vamos a ganar todos” y que las obras darían una solución definitiva, algo inverosímil dada la evidente chapucería de los tardíos trabajos. En todo caso, no habrán de compensar lo perdido hasta hoy, durante la pésima gestión de “Nenecho”. Advirtiendo de pronto la urgencia de recuperar el tiempo perdido en corruptelas, torpezas y negligencias, de lo más campante el alto funcionario se dio cuenta, por fin, de que “la ciudad no puede esperar”. En verdad, sus habitantes ya esperaron lo suficiente debido el vergonzoso desempeño de las autoridades municipales, incluidos los concejales, como para concluir que como electores no terminan de equivocarse. Deben ser más cuidadosos en los próximos comicios municipales: el grave error cometido ya se está pagando con creces.

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Que la Intendencia trate ahora –inútilmente– de emprender lo que no hizo en mucho tiempo, implica una confesión de su grosera inoperancia. La Municipalidad se debe siempre y en primer lugar a los vecinos, con independencia de que en Asunción se disputen o no unas justas deportivas internacionales. Tienen derecho a vivir en una ciudad acogedora y no en una tan inhóspita como lo es nuestra capital, que abochorna a los paraguayos en vez de enorgullecerlos.